Principios básicos en cuanto al ancianato, por Witness Lee

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EL ESPÍRITU SANTO PRESIDIÓ LA CONFERENCIA

El versículo 28 dice: “Ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias”. Esto nos muestra que fue el Espíritu Santo quien presidió aquella conferencia. La decisión fue tomada por el que presidía, el Espíritu Santo, quien era la presencia del Rey. Sin embargo, así como los apóstoles y los ancianos tomaron la decisión junto con la iglesia, también el Espíritu Santo tomó la decisión junto con los apóstoles y ancianos. Ésta es la manera correcta de proceder. Debemos tener la certeza de que toda decisión que se toma en la iglesia es tomada por el Espíritu Santo, quien está con nosotros.

Debemos aprender de este ejemplo. La comunión de los apóstoles y los ancianos debe ser abierta a todos los santos y todas las iglesias. No debe esconderse nada. Solamente las personas falsas tratan de esconder lo que hacen y temen tener comunión. Todo anciano debe sentirse libre de presentar cualquier asunto en comunión. La iglesia debe ser clara como el cristal, transparente. Los ancianos deben aprender a mantener todo abierto, permitiendo que los hermanos discutan todo. No debemos esconder ni ocultar nada. Este principio se aplica no sólo a los ancianos, sino también a las iglesias locales. Ninguna iglesia debe ocultar nada a las demás iglesias. Una iglesia nunca debe hacer nada en secreto por temor de que las demás iglesias no estén de acuerdo. Los ancianos de una iglesia local deben presentar los principales problemas por los que están pasando a los ancianos de otras iglesias locales para buscar su sentir. La discusión es necesaria porque nos ayuda a encontrar la verdad y a recibir luz.

Las iglesias no deben ocultarse nada ni esconderse nada entre sí, porque ninguna iglesia tiene autoridad en sí misma para tomar decisiones que afecten a otras iglesias. La iglesia en Antioquía no reclamó tener autoridad para tomar la decisión porque Pablo estuviera allí. Esto habría convertido a Pablo en rey; pero no vemos allí ningún rey humano. Debemos aprender esto. No es correcto decir que una iglesia local en particular puede tomar una decisión que afecte a otras iglesias sin tener comunión. Por supuesto, los ancianos locales pueden tomar decisiones relacionadas con la administración local; no obstante, incluso a nivel local ningún anciano debe tomar una decisión por sí mismo ni debe regir sobre los demás ancianos. Todo lo que una iglesia local haga debe estar abierto a todos los ancianos. Los ancianos deben discutir todo. Éste es un principio que debemos guardar. Ningún anciano debe pensar que puede dar órdenes a los demás ancianos porque sea más capaz que ellos. Eso lo convertiría en un rey, lo cual sería un insulto a la autoridad de Cristo como cabeza. Un anciano simplemente debe presentar el asunto de una manera abierta a los demás ancianos. Debe haber mucha discusión, testimonios relacionados con los hechos históricos y confirmación de la Palabra santa. Esto permitirá que nos hable el Espíritu que mora en nosotros. Como resultado, no importa la decisión que se tome, tendremos la completa certeza de que esto le ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros (v. 28).

(Principios básicos en cuanto al ancianato, capítulo 3, por Witness Lee)