Principios básicos en cuanto al ancianato, por Witness Lee

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LA NECESIDAD DE CONOCER EL RECOBRO DEL SEÑOR EN VERDAD

El contenido de la Biblia es la verdad, y la verdad se halla en medio de la doctrina y la luz. Según el modo de pensar humano, la Biblia parece ser un libro que contiene muchas doctrinas sobre asuntos tales como Dios, la caída del hombre y la salvación. Cualquiera que sea alfabetizado puede leer la Biblia y aprender doctrinas como éstas. La verdad es la realidad transmitida en las doctrinas. Es posible conocer las doctrinas y no poseer la verdad, la realidad. Cuando era joven, escuché al pastor de la denominación de mi familia predicar que Jesús era el Salvador que murió por todos los hombres. Sin embargo, aunque escuché esta doctrina, no recibí la verdad. Antes de ser salvo, hasta yo mismo podía enseñar las doctrinas acerca de Cristo y la salvación. Mi madre, aunque había sido bautizada en nuestra denominación, aún no era salva. Sin embargo, ella nos enseñó a nosotros, sus hijos, muchas historias de la Biblia, y nos dijo que Jesús era el Salvador que había muerto en la cruz. Esto simplemente era una historia y una doctrina para nosotros, puesto que en ese entonces la verdad no era real para nosotros.

Cuando la verdad es real para nosotros, obtenemos la realidad. Cristo llega a ser viviente para nosotros, y Su muerte llega a ser real para nosotros como un evento que ocurrió específicamente para el perdón de nuestros pecados. Es así como recibimos la realidad que nos es transmitida por medio de las doctrinas. Esta realidad puede ser revelada a nosotros y hecha real para nosotros únicamente por medio del Espíritu. Por esta razón, si dos oradores predicaran más o menos el mismo mensaje, es posible que uno predique solamente doctrina, mientras que el otro ministre la realidad, porque el poder del Espíritu Santo está presente en su predicación. El poder del Espíritu Santo hace que las doctrinas predicadas sean reales para los oyentes, les imparte la realidad, el hecho. La verdad es la realidad transmitida en las doctrinas y hecha real por medio del Espíritu. La Biblia incluye muchas doctrinas, pero son pocos los lectores de la Biblia que reciben la verdad. Cualquiera puede leer la expresión la iglesia en la Biblia, pero son pocos los que han visto o han tocado la realidad de la iglesia. Cuando el Espíritu opera, la iglesia deja de ser simplemente una doctrina, y llega a ser para nosotros una verdad, una realidad.

Si tenemos la verdad, tenemos la luz, porque la verdad es el resplandor de la luz, así como la gracia es la expresión del amor. En el Evangelio de Juan vemos la gracia y la realidad, que es la verdad. Juan 1:17 dice: “La gracia y la realidad vinieron por medio de Jesucristo”. La gracia y la realidad en el Evangelio de Juan llegan a ser el amor y la luz en 1 Juan. En 1 Juan 4:8 dice: “Dios es amor” y en 1 Juan 1:5 dice: “Dios es luz”. El amor es la fuente de la gracia, y la gracia es la expresión del amor. Conforme al mismo principio, la luz es la fuente de la verdad, y la verdad es el resplandor de la luz. Si sólo conocemos la doctrina pero carecemos de la verdad, no tenemos luz. Una vez que la doctrina llega a ser la verdad para nosotros, la luz resplandece en nuestro interior, y tenemos la luz. Conocer el recobro del Señor en verdad implica conocer tanto la doctrina como la luz, puesto que las doctrinas de la Biblia nos comunican la verdad, y la verdad es el resplandor de Dios como la luz divina.

(Principios básicos en cuanto al ancianato, capítulo 11, por Witness Lee)