LA PRIMERA MENCIÓN DE LOS ANCIANOS
EN EL NUEVO TESTAMENTO
Es necesario que veamos algunos asuntos relacionados con los ancianos. Los hijos de Israel tenían ancianos; sin embargo, en el Antiguo Testamento no nos dice cómo éstos fueron nombrados. Igualmente, en el Nuevo Testamento vemos que había ancianos en la primera iglesia local, la iglesia en Jerusalén, pero no se nos dice cuándo ni cómo llegaron a serlo. Sin embargo, es bastante evidente que los ancianos eran personas importantes.
La primera mención de los ancianos en las iglesias se halla en Hechos 11:29-30, que dice: “Entonces los discípulos, cada uno según había prosperado, determinaron enviar bienes para ministrar a los hermanos que habitaban en Judea; y lo hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo”. Estos versículos revelan que los donativos de las iglesias gentiles fueron enviados a los ancianos de Jerusalén.
En Hechos 15 vemos la importancia que tienen los ancianos. El versículo 2 dice: “Como Pablo y Bernabé tuviesen una disensión y discusión no pequeña con ellos, los hermanos dispusieron que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión”. Esto nos muestra que cuando hubo desacuerdo en cuanto a la verdad, no sólo participaron en la discusión los apóstoles, sino también los ancianos. Esto claramente nos muestra lo importantes que son los ancianos en la administración de Dios.
El versículo 4 dice: “Llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, y refirieron lo que Dios había hecho con ellos”. Luego, el versículo 6 dice: “Se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto”. Finalmente, en el versículo 23 leemos: “Escribir por conducto de ellos: Los apóstoles y los hermanos que son ancianos, a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia: Regocijaos”. En todos estos versículos los ancianos se mencionan de manera específica.
Hechos 21:18 dice: “Al día siguiente Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban reunidos todos los ancianos”. En la última visita de Pablo a Jerusalén, él se reunió con Jacobo y todos los ancianos. Esto también nos muestra la importancia de los ancianos.
Según la revelación hallada en toda la Biblia, el factor básico en la administración de Dios no deben ser ni el rey ni los apóstoles ni los profetas, sino los ancianos. Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, quienes ejercían directamente la administración eran los ancianos. Cuando la administración al parecer estuvo a cargo de los reyes en el Antiguo Testamento, aquello en realidad era una situación anormal. La verdadera administración de Dios depende básica y directamente de los ancianos.
(Principios básicos en cuanto al ancianato, capítulo 2, por Witness Lee)