LOS APÓSTOLES, PROFETAS Y ANCIANOS
SON LOS PRINCIPALES CONSTITUYENTES
DE LA ADMINISTRACIÓN DE DIOS
En primer lugar, examinaremos lo tocante a la administración de Dios. Nuestro Dios es un Dios de propósito y Él desea lograr algo. A fin de que el propósito de Dios se lleve a cabo, se necesita Su administración, Su gobierno. A pesar de las aparentes diferencias que hay entre el Antiguo y Nuevo Testamentos, el concepto divino en cuanto a la administración de Dios es constante en toda la Biblia. Los cristianos por lo general dicen que la administración de Dios en el Antiguo Testamento estaba primeramente a cargo de los sacerdotes, luego de los reyes y finalmente de los profetas. Sin embargo, al igual que en el Nuevo Testamento, la administración de Dios en el Antiguo Testamento incluía a los apóstoles, a los profetas y a los ancianos. En el aspecto humano estos tres grupos de personas son los principales constituyentes de la administración de Dios.
La palabra apóstol es una transliteración de la palabra griega que denota alguien que es enviado con una comisión, e implica que quien envía tiene autoridad. Por lo tanto, los apóstoles en la Biblia son personas que son enviadas por Dios, Aquel que tiene autoridad. Aunque la palabra apóstol no está en el Antiguo Testamento, sí encontramos ese tipo de persona. Moisés fue enviado por Dios para hablar con el faraón. Éxodo 7:1a dice: “Jehová dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido Dios para el faraón”. Esto muestra que Moisés fue enviado como autoridad ante faraón.
En Génesis 20:7 Dios habló a Abimelec acerca de la mujer de Abraham, diciendo: “Ahora, pues, devuelve la mujer del hombre, porque él es profeta; y orará por ti, y vivirás”. Ésta es la primera vez que aparece la palabra profeta en la Biblia. Por tanto, según la Biblia, el primer profeta fue Abraham. La mayoría de las personas piensa que un profeta es alguien que predice, vaticina, acontecimientos futuros. Sin embargo, ése no es el principal significado de la palabra profeta en la Biblia. En Éxodo 3 y 4 Dios llamó a Moisés y lo envió para que hablara con el faraón y sacara a los hijos de Israel de Egipto. Sin embargo, Moisés más bien retrocedió, diciendo que no era elocuente, lo cual obligó a Dios a usar a Aarón para que hablara por Moisés (4:10, 16). En Éxodo 7:1b Jehová le dijo a Moisés: “Tu hermano Aarón será tu profeta”. Así que Aarón fue el portavoz de Moisés. Por tanto, la palabra profeta en la Biblia no significa alguien que predice, sino un portavoz. Un profeta es un portavoz de Dios, alguien que habla por Dios. Sin embargo, Aarón fue un profeta que no habló por Dios, sino que habló por Moisés.
Con Moisés y Aarón vemos la diferencia entre un apóstol y un profeta. Según Hebreos 3:1-2, Moisés fue un tipo de Cristo como el Apóstol enviado por Dios. Por lo tanto, Moisés fue el primer apóstol, él fue alguien enviado por Dios; y Aarón, como el portavoz del apóstol, fue un profeta. En realidad, Moisés y Aarón deben ser considerados como una sola persona. Aarón no era una persona aparte de Moisés; en realidad, él era parte de Moisés. Sabemos esto porque Moisés y Aarón siempre estuvieron juntos cuando fueron a ver al faraón y cuando le hablaron a los hijos de Israel. La unidad de los apóstoles y profetas continúa en el Nuevo Testamento. Efesios 2:20 dice: “Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra del ángulo Cristo Jesús mismo”. Efesios 3:5 dice que la economía neotestamentaria de Dios es revelada “a Sus santos apóstoles y profetas en el espíritu”. Por consiguiente, el concepto divino, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, es que el apóstol y el profeta son una misma persona. Sin embargo, el apóstol y el profeta representan dos funciones diferentes. Los apóstoles principalmente representan la autoridad o administración de Dios, mientras que los profetas representan principalmente el hablar de Dios. Los apóstoles también hablan, pero el término apóstol principalmente se refiere al aspecto administrativo, mientras que el término profeta se refiere al aspecto de hablar.
Por su parte, el término anciano literalmente significa una “persona mayor”. En la mayoría de las familias el padre es quien tiene más edad, por tanto, él es el anciano de la familia. Según la Biblia, la comunidad del pueblo de Dios está conformada por muchas familias, y en dichas familias están los de más edad llamados ancianos, quienes asumen el liderazgo. En Éxodo 3:16 Dios le dijo a Moisés: “Ve, reúne a los ancianos de Israel y diles: ‘Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció’ ”. Por lo tanto, el concepto de tener ancianos entre el pueblo de Dios no se encuentra exclusivamente en el Nuevo Testamento. De hecho, el Nuevo Testamento sigue al Antiguo Testamento en este respecto. Los ancianos existían aun antes de que Moisés fuese llamado y enviado como el primer apóstol. A partir de Éxodo vemos que Dios se relacionaba con Su pueblo por medio de los ancianos. En preparación para la pascua, vemos que Dios, por conducto de Moisés, fue primero a los ancianos de los hijos de Israel (12:21). Por lo tanto, los ancianos son cruciales por cuanto ellos son los líderes entre el pueblo de Dios y lo representan. Así pues, vemos que quienes participan directamente en la administración de Dios son únicamente estas tres categorías de personas: los apóstoles, los profetas y los ancianos.
(
Principios básicos en cuanto al ancianato, capítulo 1, por Witness Lee)