Vida que vence, La, por Watchman Nee

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EL JUSTO VIVE POR LA FE

Algunos hermanos preguntan si esto significa que no volveremos a pecar después de experimentar victoria. Mi respuesta es que con el tiempo todo esto se hará real en la práctica. Pero mientras tanto, existe la posibilidad de pecar. Según la Biblia, ¿qué clase de vida debemos vivir? La Biblia nos muestra que la vida de un cristiano es una vida de fe. “Mas el justo por la fe tendrá vida y vivirá”. El justo recibe la vida por la fe; ésta es la experiencia inicial. El justo también vive por la fe; ésta es la experiencia continua.

Tenemos dos mundos delante de nosotros. Uno es el mundo físico, y el otro es el mundo espiritual. Cuando ejercitamos nuestros órganos físicos, vivimos en el mundo físico, pero cuando ejercitamos nuestra fe, vivimos en el mundo espiritual. Cuando ejercitamos nuestros ojos para mirarnos a nosotros mismos, vemos que todavía somos pecadores; seguimos siendo impuros, orgullosos y no somos mejores que ninguna otra persona. Pero cuando ejercemos la fe para vernos en Cristo, vemos que nuestro mal genio y nuestra contumacia han desaparecido. Todo se ha desvanecido. Existen dos mundos en la actualidad, y todos los días tenemos que escoger entre ellos. El hombre tiene una mente, una parte afectiva y una voluntad. Tenemos libre albedrío; por tanto, podemos vivir en el mundo que escojamos. Si vivimos según los sentidos de nuestros órganos físicos, en el mundo físico, le daremos sustantividad al mundo físico; pero si vivimos por la fe en el mundo espiritual, daremos sustantividad al mundo espiritual. En otras palabras, cuando usamos nuestros sentidos, vivimos en Adán; pero cuando ejercemos nuestra fe, inmediatamente vivimos en Cristo. Siempre estamos en medio de estas dos cosas. Cuando vivimos por nuestros sentidos, vivimos en Adán; y cuando vivimos por la fe, vivimos en Cristo. Cuando vivimos en Cristo, todo lo que está en El será nuestra experiencia.

La Biblia no enseña que el pecado puede ser erradicado. Pero una vez que el creyente empieza a experimentar la vida que vence, según el principio de la obra de Dios y según Su provisión y Sus mandamientos, tal persona no debería volver a pecar. Es posible que expresemos a Cristo todos los días y es posible que seamos más que vencedores todos los días, pero en el instante en que vivimos en nuestros sentimientos y según ellos, caemos. Tenemos que vivir diariamente por medio de la fe. Sólo entonces, podremos darle sustantividad a todo en Cristo.

(Vida que vence, La, capítulo 9, por Watchman Nee)