LA INCREDULIDAD ES EL MAYOR PECADO
El problema más grande que prevalece en los hijos de Dios en la actualidad es la falta de fe en la Palabra de Dios. No se les hace difícil cuando se les pide que lo suelten todo. Después de soltarlo todo, debería serles fácil creer. Hermanos y hermanas, acérquense a la presencia del Señor. Después de que lo suelten todo, deben tener la fe de que vencerán.
Una hermana había soltado todos los asuntos y los había entregado al Señor. Le pregunté si había vencido, y ella respondió que no estaba segura. Inquirí acerca de la razón por la cual decía eso, y dijo que todavía no había visto los resultados. Le dije sin rodeos: “Usted ha cometido el mayor pecado que el hombre pueda cometer: el pecado de la incredulidad. Al usted no creer, da a entender que Dios es mentiroso. Dios dijo que usted es un pámpano de la vid y si usted lo suelta todo, la vida de El espontáneamente fluirá por usted. No obstante, usted dice que Dios no la ha librado todavía, pese a que usted ha hecho su parte. Usted está dando a entender que ya cumplió, y que Dios no ha hecho Su parte”. Ella dijo que ésa no era su intención. Le dije: “Usted debe darle gracias al Señor y alabarlo por haberle dado todo a usted”.
Recuerden que cuando creemos en el Señor como nuestra Cabeza y nuestra vida, y creemos que ya lo recibimos todo, todo llega a ser en realidad nuestro. Una vez que creemos, todos los problemas quedan resueltos. Cuando tenemos fe, ningún obstáculo puede impedirnos recibir nuestra victoria. ¡Aleluya! Esta es la salvación. Nuestra fe no es una labor sino la acción de dar sustantividad a los hechos. Creemos que el Señor es la Cabeza, que El vive en nosotros, que es nuestra vida, que es la vid y nosotros los pámpanos, y que El vence en nuestro lugar. Cuando creemos, se desvanecen todas las tentaciones, y el Señor lo hace todo por nosotros. Alabamos y agradecemos al Señor por haberlo hecho todo.
Nos hemos estado reuniendo aquí por ocho o nueve días. Me gustaría ver qué nos va a suceder a todos nosotros. ¿Cuántos hemos soltado todas las cosas? ¿Cuántos ya lo han soltado todo y también tienen fe? En primer lugar, les pediría a quienes lo han soltado todo que levanten la mano. Digo lo mismo a los que además de soltarlo todo, creen. La cantidad de unos y otros es casi la misma, aunque son menos los del segundo grupo. Déjenme añadir algo a esto de creer.
Hermanos y hermanas, recuerden que la Palabra de Dios es fidedigna. No confiamos en nuestra propia experiencia. Tampoco creemos en nuestros propios sentimientos. Creemos en la Palabra de Dios. El dice que el Señor Jesús no sólo ha llegado a ser nuestra justicia, sino también nuestra santificación al vivir en nosotros. Por lo tanto, podemos decir que Cristo no sólo es nuestra justicia, sino también nuestra santificación. No necesitamos sentir que Cristo sea nuestra vida o nuestra santificación. Creemos que El es nuestra vida y nuestra santificación. La Palabra de Dios es digna de fiar. Cuando Dios dice que Cristo es nuestra vida, nosotros también decimos que lo es. Cuando dice que El es nuestra santificación, nosotros también decimos que lo es. Cuando Dios dice que Cristo es nuestra victoria, también nosotros decimos que El es nuestra victoria. Creemos en todo lo que Dios diga.
En Chefoo le pregunté a una hermana si ella ya había soltado todas las cosas, y ella respondió: “Sí, porque Dios dice que estoy juntamente crucificada con Cristo”. Después le pregunté si ella había vencido, pero no se atrevía a decir que sí, porque no se sentía segura. Le dije de una manera franca: “Hermana, Dios dice que Jesucristo es su vida, pero usted dice que quizás no lo sea. Dios dice que Jesucristo es su santificación, pero usted dice que es posible que Cristo no sea su santificación. Dios dice que Su gracia le basta a usted, y usted dice que la gracia de Dios tal vez no le sea suficiente. Entre usted y Dios, uno debe de estar mintiendo. O Dios está equivocado o usted lo está. ¿Se atreve usted a decir que Dios es mentiroso? Dios dice que Cristo es su vida, pero usted dice que tal vez no lo sea. Dios dice que Cristo es su santificación, pero usted dice que quizás no. ¿Está usted dando a entender que la Palabra de Dios no es confiable?”. En ese momento la expresión de su rostro cambió y replicó inmediatamente: “No quise decir eso. Yo sí creo en la Palabra de Dios”. Hermanos y hermanas, si aún están dudando, si todavía se preguntan si Cristo es su vida, o si El es su santificación, esto no es insignificante. Puedo decirles francamente que están haciendo a Dios mentiroso.
Una vez conversé con una hermana en Chefoo antes de una reunión. Como ya iba a empezar la reunión, le pregunté si ella había soltado todas las cosas. Me dijo que sí. Luego le pregunté si había logrado vencer, y me dijo que no, pero que sabía cuál era su problema y que no era un problema grande. Como tenía que irme en pocos minutos, oré a Dios pidiendo que me diera sabiduría para decirle algo. Así que le dije: “Usted sonrió y dijo que no tenía fe sin darle mucha importancia. Pero a los ojos de Dios esto es un gran pecado. Es un gran pecado no creer en la Palabra de Dios. Dios dice que Cristo es su vida y su santificación. El dice que Cristo es su victoria y que Su gracia le basta. Pero usted no puede creer y hasta piensa que es un asunto trivial al expresarlo con una sonrisa. Hermana, debo decirle que ha cometido un pecado muy serio. Usted debe acudir al Señor y decirle: ‘Dios, no he creído a Tu palabra; he pecado contra Ti. Por favor, perdóname y quita mi corazón malo e incrédulo. Te suplico que quites este pecado de mí’”.
Algunos no creen, pero todavía siguen sonriendo. Creen que la incredulidad no es algo serio; pero en realidad es un gran pecado. Este pecado es más grande que el pecado de cometer adulterio o matar. Debemos decirle a Dios: “Perdóname por haber pecado contra Ti. Señor, quita de mi corazón la incredulidad”. Si llamamos pecado a la incredulidad, lograremos vencer. Nuestra fe se basa en la Palabra de Dios. Cuán maravilloso es 2 Corintios 12:9, que dice: “Bástate Mi gracia”. Cuán maravilloso es 1 Corintios 1:30, que dice: “Cristo Jesús ... hecho de parte de Dios sabiduría: justicia y santificación y redención”. Cuán maravilloso es Colosenses 3:4, que dice: “Cristo, nuestra vida”. Si nos aferramos a la Palabra de Dios y creemos en ella, todo irá bien. Aunque sólo tengamos un versículo de la Escritura o una palabra de parte del Señor, tendremos la garantía y venceremos.
(
Vida que vence, La, capítulo 7, por Watchman Nee)