LA FE NO ES LA ESPERANZA
Examinemos ahora lo que no es la fe. La fe no es esperanza. Los que tienen esperanza, no necesariamente tienen fe. Al hablar usted con otros sobre el tema de vencer, si ellos han vencido, verá que no tienen fe si responden: “Espero llegar a vencer”. Esto es como hablarle a una persona acerca de la salvación. Si él le dice que él espera algún día ser salvo, usted sabe que todavía no tiene fe. Algunas personas constantemente esperan que el Señor los salve, y siempre esperan que el Señor les ayude a vencer. Algunas personas oran constantemente y le piden al Señor que los haga vencer. Esperan que el Señor los haga vencer. Algunos dicen que se han rendido y han creído, pero todavía siguen esperando ver algún resultado. Si esperan para ver si esto funciona, nada sucederá jamás, porque la fe no es esperanza.
Un hermano me preguntó una vez si una persona que vence debe tratar de recordar constantemente que el Señor es su victoria. El dijo: “Tengo más de veinte trabajadores en mi fábrica. Tengo que supervisarlos, pero olvido cosas con frecuencia. Tengo a mi cargo muchas jóvenes. Todos los días les suceden muchas cosas, desde la mañana hasta las ocho de la noche. ¿Cómo puedo recordar a cada instante que el Señor es mi victoria? Si no logro recordar esto, ¿podré aún así ser victorioso?”. Le pregunté: “Cuando usted está en su fábrica, ¿se acuerda de que tiene dos ojos?”. El respondió que no. Luego le pregunté: “Al salir de su fábrica ¿tiene que tocarse los ojos con sus manos para asegurarse de que todavía están allí?”. El respondió: “Por supuesto que no”. No era importante si él recordaba sus ojos. Lo único que importaba era si sus ojos realmente estaban allí. Demos gracias al Señor porque la vida vencedora no depende de que nosotros recordemos al Señor, sino de que el Señor se acuerde de nosotros. Sería un gran sufrimiento para nosotros si se nos exigiera recordar al Señor. Demos gracias al Señor y alabémoslo porque El se acuerda de nosotros.
(Vida que vence, La, capítulo 7, por Watchman Nee)