Impartición divina de la Trinidad Divina, La, por Witness Lee

LA IMPARTICIÓN DE LA TRINIDAD DIVINA

En el plan de Dios, Su dispensación, lo principal es la impartición divina de la Trinidad Divina. La impartición hallada en el capítulo 3 de Efesios es más profunda y más íntima que la que se muestra en el capítulo 1. En Efesios 1 tenemos un esbozo de la impartición; pero en el capítulo 3 la impartición de la Trinidad es más profunda, más específica y más íntima. Nos damos cuenta de esto por la oración que Pablo hace en este capítulo.

El Padre nos fortalece con poder conforme a las riquezas de Su gloria

Pablo, el mayordomo principal, oró por la impartición divina de la Trinidad Divina. En primer lugar, dijo que doblaba sus rodillas ante el Padre (v. 14). Esto significa que él recurría a la fuente. Él doblaba sus rodillas ante el Padre para que conforme a las riquezas de Su gloria fortaleciera a los creyentes con poder en el hombre interior por el Espíritu (v. 16). Nuestro hombre interior es nuestro espíritu que ha sido regenerado por el Espíritu y está mezclado con el Espíritu.

Por el Espíritu

El Espíritu por el cual el Padre nos fortalece está en nuestro espíritu. No sólo Él mora en nuestro espíritu, sino que también está mezclado con nuestro espíritu. Romanos 8:16 dice: “El Espíritu mismo da testimonio juntamente con nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”. La frase da testimonio es muy significativa. El Espíritu está con nuestro espíritu. Esto indica que se han mezclado. Nuestro hombre interior es un espíritu mezclado maravilloso. Esto concuerda con lo dicho en 1 Corintios 6:17: “El que se une al Señor, es un solo espíritu con Él”. ¿Cómo podemos ser un solo espíritu con el Señor? Esto sólo es posible al mezclarse el Señor, quien es el Espíritu, con nuestro espíritu. El Espíritu divino se ha mezclado con nuestro espíritu humano y ha llegado a ser un solo espíritu. ¡Esto es maravilloso! El Padre nos fortalece en nuestro hombre interior por el Espíritu.

En nuestro hombre interior: nuestro espíritu regenerado, nuestro espíritu mezclado

¿Qué significa ser fortalecidos con poder en nuestro hombre interior por el Espíritu conforme a las riquezas de la gloria de Dios? Examinemos esto a la luz de nuestra experiencia. Muchas veces nosotros los cristianos nos sentimos molestos, desconcertados e incluso desilusionados. Cuanto más consideramos nuestras circunstancias y nuestra situación, más nos parece que tenemos muchas deficiencias y no podemos seguir adelante. Tal vez nos venga a la mente el pensamiento de no volver a asistir a ninguna otra reunión hasta que ocurra algo grande que nos avive. Cuanto más pensamos de esta manera, más nos debilitamos. Cuanto más pensamos así, más permanecemos en nuestra mentalidad sutil, engañosa e incluso engañada.

Supongamos que un viernes por la noche al llegar a casa después del trabajo, usted se siente deprimido y desilusionado. Tuvo un mal día, y nada le salió bien. Por ello, cuando llega a casa, se siente descontento con su esposa y sus hijos. Ni siquiera su cuarto le parece agradable. Cuanto más piensa en su situación, peor le parece. En esos momentos usted necesita recordar las palabras de Pablo: “Doblo mis rodillas ante el Padre [...] para que os dé [...] el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por Su Espíritu”. Entonces debe declarar: “Satanás, ¡aléjate de mí! Yo entraré en mi hombre interior”. Si usted se vuelve a su hombre interior, se sentirá motivado y fortalecido; y si continúa orando por unos cuantos minutos, será fortalecido aún más. Este fortalecimiento incluso absorbe su debilidad y su cansancio físicos.

Les animo a que practiquen esto. No importa cómo se sientan, nunca digan que son débiles o que están cansados. Hermanas, cuando su esposo regrese del trabajo y le diga que está cansado, dígale que no confiese que está cansado, sino que doble sus rodillas ante el Padre para que Él lo fortalezca con poder en su hombre interior. Cuando usted dice que está cansado, está en su viejo hombre, en su hombre exterior, en su mentalidad. Lo que necesita es ser fortalecido en el hombre interior. No se quede en el hombre exterior. Aunque usted puede sentirse cansado, Él no está cansado. El que vive en usted es mucho más fuerte que usted. Él nunca se cansa, y desea fortalecerlo a usted en el hombre interior.

La palabra en de la frase en el hombre interior es muy significativa. Decir que necesitamos ser fortalecidos en el hombre interior muestra que no estamos en el hombre interior y que principalmente vivimos en el hombre exterior. Cuando un hermano le dice a su esposa que está cansado, él está en su hombre exterior, en la mente, viviendo según su cansancio físico. Es por ello que él desea que su esposa se compadezca de él. Hermanas, no se compadezcan de su esposo. Cuando él les diga que está cansado, anímenlo a que doblen sus rodillas ante el Padre para que el Padre lo fortalezca con poder en su hombre interior por el Espíritu.

Cuando usted dice que está cansado, está fuera del hombre interior. Usted tiene un hombre interior; ¿por qué no permanecer allí? ¿Para qué quedarse en su cansancio? Usted necesita practicar esto: doblar sus rodillas ante el Padre para que le quite su cansancio al fortalecerle a usted en su hombre interior. Incluso cuando estemos enfermos, debemos orar al Padre, pidiéndole que nos levante de nuestra enfermedad al fortalecernos en nuestro hombre interior.

Podemos también usar como ejemplo la vida matrimonial. Muchas veces la vida matrimonial no es tan dulce; de hecho, quizás sea un poco amarga. Nuestra vida matrimonial puede ser dulce y feliz únicamente cuando somos fortalecidos en el hombre interior. A veces después que el esposo se va al trabajo, una hermana puede empezar a pensar en cómo él la ha estado tratando últimamente. Quizás la noche anterior él estuvo descontento con ella, y por la mañana le dijo que en ciertas cosas ella había obrado mal. Después de esto, ella quizás empiece a pensar en si ha obrado bien o mal. Cuanto más ella piensa en estas cosas, más tinieblas experimentará en su interior. Esto muestra que ella está en el hombre exterior, en su mentalidad. Lo único que puede ayudarle en esta situación es que sea fortalecida en el hombre interior. Ella no debe permanecer en su mentalidad, en su mente, en sus pensamientos. Si nos encontramos en esta situación, necesitamos ser librados de nuestra mentalidad al ser fortalecidos en nuestro hombre interior y volvernos a nuestro espíritu y orar. Si ponemos esto en práctica en toda situación, seremos cristianos fuertes. Por medio de esta práctica, la impartición divina puede infundir en nosotros todas las riquezas de la Trinidad Divina.

(Impartición divina de la Trinidad Divina, La, capítulo 17, por Witness Lee)