PARTICIPAR DEL MANÁ: EL CRISTO CELESTIAL
Después que los hijos de Israel entraron en el desierto, comieron el maná (Éx. 16:14-15; Jn. 6:51). El maná era un alimento celestial que llovía del cielo; no era de esta tierra. Éste es un tipo del Cristo ascendido. El Cristo que está en los cielos viene a nosotros todo el día en forma de alimento celestial. En primer lugar, usted disfruta al Cristo redentor y, luego, al Cristo crucificado. Después disfruta al Cristo resucitado y, finalmente, al Cristo ascendido. El Cristo redentor lo redime; el Cristo crucificado le da el vigor necesario para salir de Egipto; el Cristo resucitado lo capacita para llevar una vida exenta de pecado; y el Cristo ascendido llega a ser su suministro diario para conservarlo viviente cada día. Éste es el Cristo que está en los cielos y que también entra en usted cada día. Todos tenemos esta clase de experiencia. Cada mañana cuando pasamos unos minutos con el Señor, tenemos la clara sensación de que el Cristo que está en los cielos desciende sobre nosotros como la lluvia. Simplemente recogemos el maná para comerlo. El maná es el Cristo ascendido que está en los cielos y que desciende como lluvia sobre nosotros para ser nuestro suministro diario.
(Impartición divina de la Trinidad Divina, La, capítulo 3, por Witness Lee)