PARTICIPAR DEL TEMPLO:
LA PLENITUD DE CRISTO
El libro de Salmos es principalmente un libro que nos habla del disfrute del templo. Si leen muchos de los salmos, podrán darse cuenta de que cuando los salmistas hablaban del templo estaban llenos de emoción. Para ellos el templo era sumamente precioso; era mejor estar un día en el templo que mil días en cualquier otro lugar (Sal. 84:10). ¿Qué es el templo? Hoy en día el templo es la vida de iglesia (Ef. 2:21-22), un edificio compuesto de la humanidad con la divinidad. ¡Es por eso que la vida de iglesia es tan preciosa, tan dulce, tan hermosa, tan maravillosa, tan admirable y tan gloriosa! Cuando llegamos a la vida de iglesia, tenemos la sensación de que es mejor estar aquí un día que mil días en algún otro lugar. A veces nuestros familiares nos condenan diciendo que lo único que nos importa es la vida de iglesia. No nos importa nada más. ¡Cuán maravilloso es esto! Sin embargo, después de algún tiempo también algunos de nuestros familiares han venido a la vida de iglesia. ¡La vida de iglesia prevalece! La vida de iglesia convence y subyuga y prevalece. Nada puede prevalecer contra la iglesia.
(Impartición divina de la Trinidad Divina, La, capítulo 4, por Witness Lee)