Pláticas para los ancianos sobre asuntos prácticos, por Witness Lee

ATENDER LOS ASUNTOS RELACIONADOS CON COSAS EXTERNAS

Es necesario hacerlo, pero no es la comisión del Señor

Ahora quisiera compartirles acerca de la manera en que procedía el hermano Nee. Cuando yo estuve preparando su biografía, coleccioné varios de sus escritos para mostrar cómo él laboraba. Varias veces él dijo que la comisión que el Señor le dio no tenía que ver con cosas externas de la obra de la vida de iglesia. La comisión que el Señor le había dado era el testimonio de Jesús, es decir, llevar una vida en la que experimentaba a Cristo en Su muerte y Su resurrección. A pesar de esto, él no tuvo más alternativa que hacer muchas cosas externas. Él incluso publicó muchos libros sobre temas tales como los asuntos prácticos de la iglesia. Incluso los Mensajes para creyentes nuevos no son clasificados como parte del ministerio del hermano Nee bajo la comisión que el Señor le dio; él específicamente dijo que el Señor no lo había comisionado para dar esos mensajes. El Señor lo había comisionado para dar mensajes sobre Cristo, sobre Su muerte y Su resurrección, y sobre Su Cuerpo, el Cuerpo místico. Sin embargo, él publicó un buen número de libros para creyentes nuevos.

La tendencia actual de centrar la atención en las cosas externas

¿Cuál es el resultado de esto? En el recobro muchas iglesias y muchos de los santos prestan atención a los asuntos prácticos de la iglesia, a las reuniones de creyentes nuevos, a las enseñanzas del hermano Nee sobre cosas externas, entre las cuales figura el terreno de la iglesia. Pero siento tener que decir que no muchos ven lo que Cristo es en términos de la experiencia. Debido a esta carencia de visión, descuidamos esto. Pasamos por alto el significado de la muerte de Cristo, de Su resurrección y de Su Cuerpo místico.

Si ustedes reflexionan sobre esto, se darán cuenta de que lo que digo es cierto. ¿Los hermanos que llevan la delantera en las iglesias verdaderamente consideran cómo ayudar a los santos a conocer a Cristo, cómo ministrar la verdadera experiencia de la muerte y la resurrección de Cristo, y cómo conocer el Cuerpo de Cristo en términos de la experiencia? Pareciera que la mayoría de los que llevan la delantera, semana tras semana, tuvieran en su mente otras cosas, como por ejemplo, cómo conducir la reunión, cómo crecer en número, cómo ayudar a los más débiles, cómo resolver los problemas, cómo construir el salón de reuniones y otros asuntos por el estilo. Sin darnos cuenta, hemos abandonado el carril central. No nos mantenemos en el pensamiento central. Más bien, somos como las Asambleas de los Hermanos. Nos reunimos conforme a las Escrituras, tenemos enseñanzas que son buenas y aún más bíblicas que las de ellos, y predicamos el evangelio. Atendemos más o menos bien estos tres asuntos; sin embargo, le prestamos muy poca atención al carril central.

Centrar la atención en la vida interior

Las circunstancias obligaron al hermano Nee a atender asuntos externos. Luego algunos, motivados por la sutileza del enemigo, dijeron que antes de la Segunda Guerra Mundial el hermano Nee estaba a favor del terreno de la iglesia, pero que él cambió de parecer después de la guerra. Basándose en esto, ellos publicaron sus mensajes sobre el supuesto tema de la vida interior. El ministerio del hermano Nee es muy prevaleciente hoy entre muchos cristianos simplemente por esta línea de la vida interior. Sin embargo, ustedes deben saber que éste no es el testimonio de Jesús. Aunque ellos publicaron El hombre espiritual, me pregunto si los que aman el ministerio del hermano Nee realmente conocen lo que es Cristo como vida en términos de la experiencia, y lo que son Su muerte y Su resurrección. Ésta es la lamentable situación de los cristianos hoy. Incluso nosotros que decimos que recibimos el ministerio del hermano Nee tomamos principalmente la parte externa, las plumas del pollo y el hollejo del ajo.

Un ejemplo

Para fortalecer lo que les estoy diciendo, quisiera analizar la conferencia de habla china que tuvimos el fin de semana pasado. Debo decir que fue buena, pero quisiera decirles algo especialmente a los hermanos chinos que sirvieron allí. Los mensajes dados se basaban en el carril central, pero no creo que la audiencia fue lo suficientemente conmovida con esto. La audiencia se dejó llevar por la emoción de la atmósfera externa, la cual reconozco que era muy buena. La atmósfera fue como la de una gran reunión, y esto fue lo que ocupó a la mayoría de los que asistieron. Si nuestra obra y servicio en las reuniones de habla china sólo llegan hasta este punto, erraremos el blanco. Esa conferencia no dio en el blanco del carril central. El carril central ciertamente estaba presente en el mensaje, pero la mayoría de los asistentes lo perdieron de vista. Sin duda alguna, todos ellos recibieron cierta ayuda, pero ésta tenía que ver con las plumas o el pellejo. Con esto no quiero decir que las plumas y el pellejo no sean necesarios; tampoco quiero decir que la conferencia con todos los servicios que ustedes proveyeron no era necesaria. Ciertamente todo esto es necesario, así como su cuerpo físico es necesario; sin él, su espíritu sería un fantasma. Ciertamente necesitamos tener tales conferencias y todos estos servicios, y también todos los mensajes, especialmente según la manera en que yo hablé en ese entonces.

Yo nunca había hablado antes de esa manera, ni en inglés ni en chino, aunque ministré la palabra en chino por más de treinta años. La manera en que hablé el fin de semana pasado fue poco usual. Sé que fue difícil de traducir; probablemente más del treinta por ciento se perdió en la traducción al inglés. Muchas expresiones simplemente no tenían un equivalente en inglés. En esa conferencia hice lo posible por usar las mejores expresiones chinas de una manera común. Debido a que me esforcé por hablar como lo hace la gente en la calle, usé muchas expresiones idiomáticas. Este tipo de expresiones coloquiales son difíciles de traducir.

Pues bien, esa manera de hablar pudo haber sido necesaria, pero ¿qué del pensamiento central? Consideren la lectura bíblica de los últimos tres mensajes (puesto que los dos primeros fueron dados como mensajes del evangelio). Aunque todos esos versículos trataban del pensamiento central, yo no hice mayor referencia a ellos. En la última reunión dije que la iglesia es el Cuerpo de Cristo, y que éste es la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo, que es la casa de Dios, Dios manifestado en la carne, que es el candelero de oro, que es la novia y que en su consumación llega a ser la Nueva Jerusalén. Aunque abarqué muchos asuntos, no hablé mucho de cada uno de ellos.

Sin embargo, no estoy tan seguro de que la audiencia captó la importancia de lo que se estaba diciendo. Algunos puntos sin duda alguna inspiraron a las personas, pero en un sentido general no creo que hubieran captado el punto central. Cuando otros más tarde les pregunten sobre la conferencia, ¿habrá alguno de ellos que diga que el hermano Lee compartió sobre la continuación de la iglesia, que será la Nueva Jerusalén? Quizás mencionen algunos de los puntos de menor importancia, pero la mayoría de ellos principalmente recordará la maravillosa reunión que tuvieron. Después de muchos años de haber estado separados y esparcidos, tanto viejos como jóvenes finalmente se reunieron —hasta tres generaciones juntas— en Cristo. ¡Aleluya! ¡Que atmósfera tan maravillosa!

Si éste es el único resultado, habremos errado el blanco. Las cosas externas de la obra del Señor y de la vida de iglesia es lo que el cristianismo ofrece. Tales cosas no son Cristo; apenas son un “ianismo”, añadido a Cristo. Con respecto a nosotros, estas cosas pueden ser un “iglesianismo”. Tienen el “ianismo”, pero no a Cristo. Es posible que tengamos el “ianismo”, pero no la iglesia. Podemos tener la iglesia como una asamblea, mas no como un organismo, como la plenitud, como la manifestación de Dios en la carne, como el candelero, como la novia y como la consumación de la novia, que es la Nueva Jerusalén. Incluso aparte de los que asistieron a esa conferencia, me preocupa profundamente si entre ustedes que están ahora aquí reunidos realmente han visto esto y están en esto.

(Pláticas para los ancianos sobre asuntos prácticos, capítulo 2, por Witness Lee)