Pláticas para los ancianos sobre asuntos prácticos, por Witness Lee

SER UN MODELO

Los ancianos en la iglesia no son una clase especial de personas; ellos no tienen un rango especial. Ellos son creyentes normales. No son líderes, sino que llevan la delantera. Ellos son un modelo para todos los creyentes. En el sistema del cristianismo, tanto en el catolicismo como en el protestantismo, se considera a los obispos en un rango más elevado, y a los ancianos y diáconos en un rango más bajo. Es errado tener rangos. Sin embargo, es posible que esta clase de pensamiento humano ya nos haya invadido; es posible que en nuestra mente tengamos el pensamiento que tenemos el rango de ancianos y que somos una clase especial de personas. ¡No es así! Los ancianos son simplemente creyentes normales; ellos simplemente establecen un modelo que el resto de los creyentes debe seguir.

Así pues, cuando la Biblia nos dice que todos los creyentes deben orar sin cesar (1 Ts. 5:17), los ancianos deben servir de ejemplo en cuanto a esto. Todo lo que se les encarga hacer a los creyentes en el Nuevo Testamento, lo deben hacer los ancianos. No todos los creyentes pueden cumplir todos los mandatos, pero los ancianos sí los deben cumplir. Puesto que llevan la delantera, deben hacer todo lo que Dios nos manda hacer; quizás no todos los creyentes sean capaces de hacerlo, pero ustedes sí deben hacerlo.

(Pláticas para los ancianos sobre asuntos prácticos, capítulo 7, por Witness Lee)