UNA EXHORTACIÓN PARA EL FUTURO
¿Por qué siento yo una carga tan grande de hablar con ustedes de esta manera? Se debe a la situación presente y la situación que está por venir. Quizás ustedes se pregunten cómo podemos hablar de nuestra situación futura si aún no sabemos cuál será. Pues bien, la historia nos ayuda a visualizar lo que puede suceder en el futuro. Éste es un factor. Otro factor es que yo siento la carga de atender algunos asuntos cruciales, esperando poder terminarlos si el Señor lo permite. Deseo concentrar mi tiempo y energía en estos asuntos.
Debido a que no tengo el tiempo para visitar a las iglesias y ayudarlas directamente, salvo de manera limitada, siento la carga de comunicarles lo que he estado considerando en estas conversaciones sobre asuntos prácticos y publicarlas. De ese modo, no sólo serán útiles para el presente, sino también para los días venideros. No sabemos cuán lejos en el futuro están esos días venideros; sólo el Señor lo sabe. Pero mientras el Señor se tarde, el recobro estará en la tierra. Aunque en escala el recobro es pequeño, con todo, se ha extendido a todos los continentes y continúa propagándose. Todos creemos que esta propagación continuará, aunque sea lentamente. Ha sido pensando en esos días venideros y en los creyentes nuevos que vendrán en el futuro, que he sentido la necesidad de presentarles una visión básica o un conocimiento básico del recobro del Señor.
Hace solamente cinco años hubo una distracción que confundió a algunos queridos santos que estaban preocupados por el recobro del Señor. Ya que una situación así pudo presentarse en el pasado delante de nuestros ojos, ¿podríamos decir con confianza que esto no volverá a repetirse en el futuro? Por esta razón, mientras el Señor aún me dé más días de vida, quisiera hacer tanto como pueda para poner claramente por escrito todas estas cosas. Así, los queridos santos que hoy están en el recobro del Señor y los que serán traídos al recobro en el futuro podrán tener una visión clara acerca de lo que es el recobro.
Lo que quisiera compartirles, siento más libertad de decírselos a ustedes, quienes llevan la delantera, en estas pláticas. No me sentiría igual de libre de decirlo en una conferencia, dirigiéndome a una audiencia más numerosa. Éstos no son mensajes de una conferencia. No obstante, deseo que se impriman por el bien de todos los santos que están en el recobro del Señor, independientemente de si llevan más tiempo o si son nuevos, si tienen más experiencia o si son recién salvos. Espero que cada uno tenga una copia para leerlo ahora y también más tarde.
(Pláticas para los ancianos sobre asuntos prácticos, capítulo 4, por Witness Lee)