CRISTO ESTÁ A LA DIESTRA DE DIOS
Examinemos ahora los primeros cuatro salmos del Libro Cinco, los salmos 107, 108, 109 y 110. En los salmos 107 y 108 los santos dan gracias y alaban a Dios por Su cuidado, por la liberación que les provee y por la victoria, todo lo cual se ha logrado por medio de Cristo. “Entonces clamaron a Jehová en su aflicción, / y Él los libró de sus angustias. / Los condujo por camino derecho / para que llegaran a ciudad habitable. / Den gracias a Jehová por Su benevolencia amorosa / y por Sus actos maravillosos en favor de los hijos de los hombres” (107:6-8).
En el salmo 109, en medio de los sufrimientos que experimentan los santos, se encuentra el clamor que Cristo eleva a Dios (cfr. Sal. 109:8; Hch. 1:20). En el salmo 110 vemos la respuesta, esto es, la respuesta que Dios da al clamor de Cristo. Esta respuesta es extremadamente elevada; no digo profunda sino elevada. Martín Lutero dijo que este salmo es el más excelso de todos los salmos. En cierto sentido, estoy de acuerdo con él. Sólo tiene siete versículos, al igual que el salmo 87, un salmo maravilloso que habla acerca de la ciudad. Sin embargo, en el salmo 110 no se nos habla acerca de la ciudad, sino de Cristo en la ciudad. Se divide en cuatro secciones: (1) los primeros tres versículos, (2) el versículo 4, (3) los versículos 5 y 6, y (4) el versículo 7.
El versículo 1 nos dice cómo Dios hace sentar a Cristo a Su diestra: “Jehová dice a mi Señor: / Siéntate a Mi diestra, / hasta que ponga a Tus enemigos / por estrado de Tus pies’” (véase Mt. 22:42-45; Hch. 2:34-36; Ef. 1:20). Este versículo ha sido citado muchas veces en el Nuevo Testamento, más de diez veces se cita textualmente y otras diez veces se alude a él. En total hay más de veinte veces en el Nuevo Testamento donde se nos dice que Cristo está sentado a la diestra de Dios. Por supuesto, fue desde la ascensión que Dios lo hizo sentar a Su diestra. Esto lo comprueba Hebreos 1:3: “Habiendo efectuado la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”. Él estará sentado allí hasta que Dios ponga a Sus enemigos por estrado de Sus pies. Hoy todavía nos encontramos en el período implícito en la palabra hasta, es decir, todavía nos encontramos en el período en el que Dios está operando para poner a todos los enemigos bajo los pies de Cristo. Este período es la era de la iglesia.
Salmos 110:2 dice: “Jehová extenderá / desde Sion el cetro de Tu poder: / rige en medio de Tus enemigos”. Nosotros sabemos que esto aún no ha ocurrido, pero ciertamente se cumplirá. Esto significa que cuando Dios haya obtenido a Sion de manera completa, Cristo regresará. Entonces, desde Sion, Dios enviará el cetro del poder de Cristo para que rija a todas las naciones. Ese día vendrá.
(
Cristo y la iglesia revelados y tipificados en los Salmos, capítulo 19, por Witness Lee)