Cristo y la iglesia revelados y tipificados en los Salmos, por Witness Lee

EL CONCEPTO HUMANO Y EL CONCEPTO DIVINO

Podemos hacer un diagrama del nivel espiritual de los primeros quince salmos de la siguiente manera:

No se ría de los salmistas, pues usted es igual que ellos. Anoche usted estuvo en el salmo 8, pero esta mañana se encuentra en el salmo 15, o quizás en el salmo 12. Ésta es exactamente su situación; usted es exactamente igual. Anoche exclamó: “¡Aleluya! ¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán excelente es Tu nombre en toda la tierra!”, pero cuando salió de la reunión y llegó a casa, ya había descendido de la cumbre a lo más hondo del valle. Inmediatamente usted se fue de arriba abajo, del salmo 8 a los salmos del 9 al 15.

Podemos definir los salmos del 9 al 15 diciendo que los santos, con base en su concepto de la ley, opinan que Dios aborrece a los hombres perversos y que únicamente los justos pueden agradar a Dios y habitar con Él. Éste es una vez más el concepto de la ley. Lea todos estos salmos del 9 al 15. Este grupo se compone de siete salmos, y en esencia todos ellos dicen lo mismo: “Oh Dios, los malos nunca te alaban; Tú los aborreces; solamente los justos pueden agradarte y habitar contigo”. No obstante, también vemos que mientras ellos expresaban algo por el estilo, aún se percataban de su necesidad de la casa de Dios. ¿Por qué? Porque Dios es universalmente invisible. Si no hay un lugar definido en el cual Dios pueda morar, es difícil localizarlo. Es por eso que ellos apreciaban la casa de Dios. Salmos 9:11, 14, 11:4; 14:7; y 15:1 nos muestran que mientras los santos expresaban su concepto de la ley y le pedían a Dios que juzgara a los malos, al mismo tiempo sentían la necesidad de la casa de Dios; ellos descubrieron que Dios podía ser hallado en un lugar concreto, en Su morada. Ellos alababan a Dios en la morada de Dios, y declararon que la salvación de Dios venía de Su morada. Así, pues, ellos sintieron su necesidad de la casa de Dios; pero eso es todo.

Si no tenemos la visión celestial, si sólo tenemos el concepto humano, diremos que todos los salmos son maravillosos. En un sentido, cada uno de los salmos es maravilloso. Pero cuando tenemos la visión de lo alto, vemos que muchos de los salmos que llamamos buenos están en el valle, en el nivel más bajo. Sé que muchos de ustedes, al menos inconscientemente, no estarán de acuerdo conmigo, sino que aún dirán: “El salmo 9 es muy bueno, y el salmo 11 es maravilloso”. Me temo que algunos de ustedes aún tengan un gran aprecio por el salmo 15. Algo en su interior aún está a favor de estos salmos. Eso no me sorprende, pues yo era igual que ustedes. Esto se debe a que estamos escasos de la visión celestial. Con la visión celestial vemos el verdadero valor y posición de estos salmos.

¡Pero alabado sea el Señor porque tenemos otro salmo, el salmo 16! Ahora debemos aplicar el principio que mencionamos anteriormente: mientras los santos expresan algo conforme a su concepto humano, el Espíritu de Cristo interviene en cierto momento para expresar el concepto divino en las palabras de ellos.

Leamos primero el salmo 15 para ver las expresiones del salmista conforme a su concepto humano: “Oh Jehová, ¿quién puede peregrinar en Tu tienda? / ¿Quién puede morar en Tu monte santo? / El que anda en integridad, / hace justicia / y de su corazón habla la verdad. / No calumnia con su lengua; / no hace mal a su amigo, / ni admite reproche alguno contra su prójimo. / A sus ojos el réprobo es menospreciado, / pero honra a los que temen a Jehová. / Aunque jura en perjuicio propio, / no cambia. / No presta a usura su dinero / ni se deja sobornar contra los inocentes. / El que hace estas cosas, jamás será conmovido”.

¿No es esto bueno? Salmos 15:5 dice: “El que hace estas cosas, jamás será conmovido”, pero el salmo 16:8 dice: “A Jehová he puesto siempre delante de mí; / porque Él está a mi diestra, no seré conmovido”. ¿Pudieron ver la diferencia? La diferencia es que según el salmo 15 usted tiene que hacer muchas acciones justas, y entonces no será conmovido; pero el salmo 16 dice que si usted pone delante de sí al Señor, si Él está a su diestra, no será conmovido. En Salmos 15:1 el salmista hace esta pregunta: “Oh Jehová, ¿quién puede peregrinar en Tu tienda? / ¿Quién puede morar en Tu monte santo?”. ¿Quién podrá? Según el salmo 15 son aquellos que hacen todo lo mencionado en ese salmo. Pero en Salmos 16:11 leemos: “Me darás a conocer la senda de la vida; / en Tu presencia hay plenitud de gozo; / a Tu diestra hay delicias para siempre”. ¿Notaron la diferencia? Después de esto, ¿cuál de estos dos salmos prefiere usted? ¿Dónde pondría el salmo 15? ¿Y dónde pondría el salmo 16?

(Cristo y la iglesia revelados y tipificados en los Salmos, capítulo 3, por Witness Lee)