Cristo y la iglesia revelados y tipificados en los Salmos, por Witness Lee

EL ESPLENDOR DE LA CONSAGRACIÓN

El versículo 3 dice: “Tu pueblo se ofrecerá voluntariamente / en el día de Tu guerra”. El día de Su guerra está por venir. En cierto sentido aún no ha llegado, pero en el sentido espiritual ahora estamos en el día de la guerra de Cristo. Mientras estamos en las iglesias locales, nos encontramos en el día de Su guerra. Éste es el día cuando todos los Suyos son ofrendas voluntarias. Todos debemos presentarnos como ofrendas voluntarias. Las vidas de jóvenes ofrecidas a Él de esta manera son sumamente preciosas. ¿Es usted una ofrenda voluntaria? ¿Realmente es así?

Tenemos otra frase muy significativa en el versículo 3: en el esplendor de su consagración. Cuando nosotros nos consagramos voluntariamente al Señor, esto tiene cierta belleza, cierto esplendor. En una conferencia reciente que tuvimos en Los Ángeles, el Espíritu se movió poderosamente entre nosotros, y muchos se pusieron de pie para consagrarse a Cristo y a la iglesia. Durante ese tiempo se pudo percibir el esplendor de la consagración.

El lenguaje poético de este salmo es maravilloso. El versículo 3 dice: “Tus jóvenes te serán / como el rocío desde el seno de la aurora”. Eso significa que todos los jóvenes que vienen al Señor son simplemente como el rocío de la mañana. Desde el seno de la aurora, los jóvenes vendrán como el rocío para Cristo. Esto es muy refrescante para Él. Alabado sea el Señor, pues muchos jóvenes hoy están viniendo a Cristo como el rocío desde el seno de la aurora. ¡Qué privilegio tienen ellos de ofrecerse a sí mismos para llegar a ser el rocío que lo refresca! Lo que determina si somos jóvenes o viejos no es nuestra edad física, sino nuestra condición espiritual. He estado en muchos lugares y he visto a muchos jóvenes “viejos” y también a muchos viejos “jóvenes”. Me encanta ver a tantos viejos “jóvenes” en medio de nosotros. Yo me incluyo en este grupo de jóvenes que son para Cristo como el rocío desde el seno de la aurora. Yo no provengo del seno de la noche. Todos debemos ser ofrendas voluntarias, un elemento refrescante para el Señor.

(Cristo y la iglesia revelados y tipificados en los Salmos, capítulo 19, por Witness Lee)