Cristo y la iglesia revelados y tipificados en los Salmos, por Witness Lee

SALMOS 46: DIOS SUPLE NUESTRAS NECESIDADES EN LA CIUDAD

“Dios es nuestro refugio y nuestra fortaleza, / auxilio prontamente hallado en nuestras aflicciones” (v. 1). ¿Dónde se encuentra Dios como nuestro refugio, nuestra fortaleza y nuestro pronto auxilio? ¡En la ciudad! Dios es todo esto para nosotros en la ciudad. Los versículos 2 y 3 luego nos describen un poco el trasfondo de la ciudad. “Por tanto, no temeremos, / aunque cambie la tierra, / y los montes se deslicen al corazón de los mares; / aunque las aguas del mar rujan y echen espuma; / aunque los montes tiemblen por causa de su braveza. Selah / Hay un río”. En el versículo 2 se menciona los mares. Los mares están en la tierra, pero en la ciudad está el río cuyas “corrientes alegran la ciudad de Dios”. Este río representa a Dios quien fluye a nosotros como vida; representa el río de vida mencionado en Apocalipsis 22. El río de vida es nada menos que Dios mismo en Cristo como Espíritu que llega a ser nuestra vida. Las corrientes de este río alegran la ciudad de Dios.

Ahora sabemos que la ciudad de Dios es la iglesia fortalecida, edificada y agrandada. En los salmos del 46 al 48 vemos que la iglesia ha llegado a ser la ciudad en la cual Dios rige y desde la cual reina. Ella no es simplemente la casa donde el Padre tiene Su hogar, sino también la ciudad donde Dios gobierna en Su reino. La ciudad de Dios es la iglesia agrandada, fortalecida y edificada y, como tal, es el centro donde Dios gobierna en Su reino. Es en esta ciudad que encontramos el río. El cuadro aquí concuerda con el de la Nueva Jerusalén en Apocalipsis 21 y 22. En esos capítulos también vemos una ciudad con un río que fluye. Aquí, vemos un río que tiene muchas corrientes que alegran la ciudad.

Nos sentimos muy contentos a causa de este río, este fluir de la vida divina. Sin el fluir de vida, nos habríamos marchitado y secado. Nuestro gozo habría desaparecido y no habría alegría. No obstante, somos las personas más gozosas porque en la ciudad, en la iglesia, disfrutamos el fluir del agua viva, que no es un hilito de agua sino un río.

Esta ciudad santa de Dios es “el lugar santo de los tabernáculos del Altísimo” (v. 4). Deben prestar atención a todos estos títulos. El Dios Altísimo mora aquí; éste es el lugar santo de Sus moradas.

Luego el versículo 5 dice: “Dios está en medio de ella”, es decir, en medio de la iglesia agrandada. “No será conmovida”. La tierra será removida, y los montes serán traspasados a otro lugar, pero la ciudad jamás será conmovida. ¿Por qué? Porque el Dios inconmovible está en el interior de dicha ciudad. Puesto que Dios es inconmovible, ella es inconmovible. “Dios le ayuda al despuntar la aurora”. Si estamos en la iglesia local, estamos en la mañana; pero si estamos fuera de la iglesia local, sencillamente estamos en la noche. En la iglesia siempre tenemos el despuntar de la aurora, y cuando usted está en la mañana, Dios es su ayuda. “Dios le ayuda al despuntar la aurora”, después de la noche de prueba.

El versículo 6 dice: “Braman las naciones, se conmueven los reinos. / Él da Su voz, y se derrite la tierra”. ¿Por qué? Porque Él está en la ciudad. Los versículos del 7 al 10 dicen: “Jehová de los ejércitos está con nosotros; / el Dios de Jacob es nuestro alto escondite. Selah / Venid, ved las obras de Jehová, / cómo ha hecho desolaciones en la tierra. / Hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra; / quiebra el arco y corta la lanza en pedazos; / quema los carros de guerra en el fuego. / Estad quietos y sabed que Yo soy Dios”. Estos versículos son una especie de profecía. Cuando Dios tiene en la tierra una iglesia tan fortalecida y agrandada que puede ser considerada una ciudad, Él entonces tendrá una base para derrotar a las naciones y poseer toda la tierra. Las naciones hoy braman, pero Dios un día obtendrá la iglesia que es una ciudad, y entonces les dirá a todas las naciones: “Estad quietos y sabed que Yo soy Dios”. Dios no puede decir esto hoy porque aún no tiene una iglesia así de fuerte. Dios aún no ha obtenido una fortaleza en esta tierra que le permita hablar así a las naciones. Pero Él la obtendrá. El versículo 10 dice a continuación: “Seré exaltado entre las naciones; seré exaltado sobre la tierra”. Cuando Dios tenga una iglesia así de fortalecida que haya sido agrandada y edificada hasta convertirse en una ciudad para Él, entonces podrá declarar: “Seré exaltado entre las naciones; seré exaltado sobre la tierra”.

Finalmente, en la ciudad podremos decir: “¡Jehová de los ejércitos está con nosotros; / el Dios de Jacob es nuestro alto escondite. Selah” (v. 11).

(Cristo y la iglesia revelados y tipificados en los Salmos, capítulo 8, por Witness Lee)