Autoridad y la sumisión, La, por Watchman Nee

ESPERA QUE DIOS ESTABLEZCA SU AUTORIDAD

En 1 Samuel 24 se relata lo sucedido en el desierto de En-gadi. Saúl perseguía a David. Cuando éste se escondió en una cueva, Saúl entró allí para hacer sus necesidades. David estaba escondido en los rincones de la cueva y cortó una punta del manto de Saúl, pero luego se turbó su corazón (vs. 4-5). Su conciencia era muy sensible. En 1 Samuel 26 se describe otra oportunidad que tuvo David de matar a Saúl. En esta ocasión, sólo tomó la lanza y la vasija de agua que pertenecían a Saúl (v. 12a). David cortó una punta del manto de Saúl y se apoderó de algo. Esto le sirvió de evidencia para jactarse delante de Saúl (vs. 17-20). Este es el comportamiento de un abogado, no de un creyente. Un abogado sólo se preocupa por los razonamientos y las evidencias. Pero un creyente sólo se preocupa por su sentir y por los hechos, no por su razonamiento ni por evidencias. David tuvo el sentir de un creyente, por lo cual se turbó por haber cortado la punta del manto de Saúl. Debemos preocuparnos sólo por los hechos, y no por formalismos. No debemos centrarnos en los procedimientos. Tanto en Shanghai como en Fuchow, he visto hermanos que sólo se preocupan por los procedimientos y las evidencias. Pero en este pasaje vemos a un hombre que se turbó por haber cortado el manto de Saúl. El creyente se preocupa por su sentir interno y no por las pruebas ni las evidencias. A la gente del mundo sólo le interesan las pruebas. Una persona puede cortar el manto de otros, tomar la lanza y la vasija de agua y jactarse de ello sin que su corazón lo censure por ello. David se sometió a la autoridad y esperó a que Dios lo estableciera como autoridad. El pudo esperar y no trató de precipitar la muerte de Saúl. Los representantes de la autoridad de Dios deben aprender a no establecer su propia autoridad y a respaldar la de aquellos que están por encima de ellos.

(Autoridad y la sumisión, La, capítulo 17, por Watchman Nee)