LOS CUADROS DEL ANTIGUO TESTAMENTO
Una vez más podemos ver que lo que enseña el Nuevo Testamento en palabras explícitas necesita los cuadros del Antiguo Testamento, pues una imagen vale más que mil palabras. Algunas cosas no pueden describirse bien con palabras. Por ejemplo, si usted trata de describir por escrito cómo es mi rostro, tendrá que utilizar términos que describan la forma de mi nariz o de mis labios. Pero si tiene una foto, no necesita hacer tanto esfuerzo por hacer dicha descripción. Claramente se verán mis orejas y mi nariz, dos ojos, una boca, dos mejillas y una frente. No necesitará recurrir al diccionario; le bastará con mostrar la foto. Es por eso que en la Biblia Dios nos enseña como a niños. Primero, vemos los cuadros del Antiguo Testamento, y luego leemos las palabras escritas en el Nuevo Testamento.
(Experimentamos a Cristo como las ofrendas para presentarlo en las reuniones de la iglesia, capítulo 4, por Witness Lee)