OFRECEMOS A CRISTO COMO OFRENDA
POR EL PECADO CADA MAÑANA
Todas las mañanas debemos presentar a Cristo como ofrenda por nuestro pecado. Si uno no desayuna bien por la mañana, no podrá pasar bien durante el día. Del mismo modo, por la mañana debemos ofrecer correctamente a Cristo como la ofrenda por nuestro pecado. Uno debe ofrecer a Cristo como un gran toro inmolado como ofrenda por el pecado. Si queremos gozar de buena salud, debemos tomar un buen desayuno. Si deseamos tener salud espiritual, debemos empezar el día ofreciendo a Cristo como ofrenda por nuestro pecado. No diga que no tiene el deseo de ofrecer a Cristo como ofrenda por el pecado y que su espíritu está adormecido, pues eso muestra pereza de su parte. Los que no desayunan bien, dicen que no tienen apetito, pero no tienen apetito debido a que no comen. El apetito viene por comer. Comer abre el apetito y lo incrementa. No inventemos pretextos; debemos desayunar bien y mantenernos sanos espiritualmente al presentar a Cristo como ofrenda por el pecado en la mañana al empezar la jornada. No digamos que no tenemos el deseo de hacerlo ni un espíritu dispuesto, pues éste es nuestro deber. Si hacemos esto, gozaremos de buena salud.
Espero escuchar muchas oraciones como ésta: “Señor, gracias por haberme ayudado a empezar mi día ofreciéndote a Ti como ofrenda por el pecado. Señor, gracias por ser esta ofrenda hoy”. No obstante, muchas veces cuando oreamos, lo hacemos mecánica, rutinaria y religiosamente. No ofrecemos al Señor una oración que concuerde con las riquezas de la tipología que vemos en Su Palabra santa. Las oraciones que ofrecemos son, por lo general, comunes, religiosas y naturales, y no contienen ninguna revelación ni las riquezas heredadas de la rica palabra contenida en las Escrituras. Espero que al saber esto, nuestra oración cambie. No ofrezcamos oraciones anticuadas; ofrezcamos algo que esté a la par de la rica tipología que vemos en la Palabra, ofreciendo a Cristo como todas las ofrendas ante Dios.
(Experimentamos a Cristo como las ofrendas para presentarlo en las reuniones de la iglesia, capítulo 6, por Witness Lee)