Ejercicio y la práctica de la manera ordenada por Dios, El, por Witness Lee

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LOS CUATRO PUNTOS PRINCIPALES DE NUESTRO SERVICIO NEOTESTAMENTARIO

Nuestro servicio al Señor en el Nuevo Testamento incluye la predicación del evangelio y las reuniones regulares, para la realización del propósito de Dios. Después de mucho estudio he descubierto que hay cuatro pasos en este servicio neotestamentario.

El primer paso es la predicación del evangelio por los sacerdotes neotestamentarios a fin de salvar a los pecadores para la satisfacción de Dios (Ro. 15:16). El segundo es alimentar a los nuevos creyentes. Inmediatamente después de su bautismo, debemos comenzar a alimentar, a nutrir, a los nuevos. Juan 21:15 dice: “Jesús dijo a Simón Pedro: Simón...¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos”. Aquí el Señor específicamente nos dice que alimentemos Sus corderos, los nuevos creyentes. Apenas una madre da a luz un hijo, ella empieza a nutrir, a alimentar, a su pequeño. Sin la nutrición adecuada, el niño recién nacido morirá.

El tercer paso en nuestro servicio neotestamentario es perfeccionar a los santos. No es suficiente sólo alimentar a los santos que acaban de nacer de nuevo; también tenemos que perfeccionarlos. Después de que alcanzan cierta medida de crecimiento, ellos deben ser perfeccionados para que puedan edificar el Cuerpo de Cristo de la misma manera que lo hacen las personas dotadas. El Señor ha dado dones a Su Cuerpo —apóstoles, profetas, evangelistas y pastores y maestros— “a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”. Esto se revela claramente en Efesios 4:11-12.

El cuarto paso consiste en que todos los santos deben ser entrenados a fin de que sean introducidos en la práctica de profetizar de parte del Señor en las reuniones de la iglesia. Este punto se revela claramente en 1 Corintios 14. Según dicho capítulo, profetizar no significa predecir ni pronosticar, sino hablar de parte del Señor, proclamar al Señor y hablar el Señor mismo de modo que podamos ministrarlo o dispensarlo en otros. Al tenerse el verdadero profetizar, la gente no recibirá meras doctrinas o enseñanzas, sino que lo que hablemos ministrará en otros a Cristo, el suministro de vida.

Así que hay cuatro pasos en nuestro servicio neotestamentario, que se revelan en la Biblia: predicar el evangelio, alimentar los corderos, perfeccionar a los santos y profetizar para la edificación de la iglesia.

(Ejercicio y la práctica de la manera ordenada por Dios, El, capítulo 7, por Witness Lee)