Ejercicio y la práctica de la manera ordenada por Dios, El, por Witness Lee

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NUTRIR Y CUIDAR A LOS NUEVOS CREYENTES PARA QUE PERMANEZCAN

En este mensaje comenzaremos a tratar el segundo paso de la manera ordenada por Dios: nutrir a los nuevos creyentes y cuidarlos con ternura de modo que permanezcan. En Juan 15:16 el Señor dijo: “Yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca”. Se nos han encargado tres cosas: debemos ir, debemos llevar fruto y nuestro fruto debe permanecer. Sin embargo, garantizar que nuestro fruto permanezca no es una tarea fácil. Anteriormente en el recobro del Señor, aunque nosotros estábamos deficientes con respecto a la predicación del evangelio, trajimos muchos al Señor y bautizamos a varios de ellos. No obstante, muy pocos de éstos han permanecido. Ahora el Señor nos está enseñando un paso muy crucial. Todos debemos aprender qué hacer para que nuestro fruto permanezca.

En Juan 21:15 el Señor nos encarga que alimentemos a Sus corderos. Esto es hacer algo por el bien del fruto que hemos producido para que éste permanezca. Si amamos al Señor, debemos alimentar a Sus corderos, es decir, a los pequeños, las ovejas jóvenes. El fruto del capítulo quince llega a ser los corderos del capítulo veintiuno. Llevar fruto es multiplicarse o producir los corderos. Pero después de producir a los corderos, todavía debemos tomar la responsabilidad de alimentarlos.

En 1 Tesalonicenses 2:7 Pablo dice: “Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos”. Cuando una madre se acerca a su bebé para cuidarlo o nutrirlo, ella siempre es muy tierna. En este versículo, Pablo no usó la palabra “nutre” sino la frase “cuida con ternura”. Cuidar con ternura incluye el nutrimiento, pero indica un cuidado más tierno que la mera alimentación. Cuando una madre cuida con ternura a su bebé, por lo general, lo nutre también. En griego la palabra que se traduce “nodriza” en este versículo significa “una madre lactante”.

Cuando un bebé está llorando, la madre no lo reprende ni le pega; mientras más llora el bebé, más tierna es la madre. Cuidar con ternura es hacer todo lo posible para satisfacer la necesidad del bebé. Muchas veces la madre sabe por qué el bebé está llorando, pero otras veces no. Cuando se acerca al bebé y lo carga, tal vez se dé cuenta de que el bebé tiene hambre o que tiene frío. Le dará de mamar al bebé o lo cargará de manera muy cariñosa para quitarle el frío. Todo lo que ella hace viene a ser una clase de cuidado tierno para aquel bebé, a fin de que esté contento.

Después de que bautizamos a una persona, inmediatamente debemos considerarnos como tiernas madres lactantes. Incluso Pablo, el gran apóstol, llegó a ser una madre lactante; él se mostraba muy tierno para con los creyentes nuevos. Después de traer a la gente al Señor y bautizarlos en el Dios Triuno, debemos cuidarlos.

(Ejercicio y la práctica de la manera ordenada por Dios, El, capítulo 13, por Witness Lee)