Vivir en y con la Trinidad Divina, por Witness Lee

1 PEDRO 1:2

En 1 Pedro 1:2 se nos muestra la operación de la Trinidad Divina. En este versículo se encuentran la presciencia de Dios el Padre, la santificación del Espíritu y el rociar de la sangre de Jesucristo [el Hijo]. El Padre como la fuente nos conoció de antemano. Después de la presciencia del Padre, el Espíritu vino para santificarnos. Su obra de santificación tuvo como fin separarnos y traernos de regreso a Dios. Éste es el aspecto de la santificación del Espíritu Santo antes de la redención de Cristo. Luego tenemos el rociar de la sangre de Jesucristo el Hijo, lo cual nos indica la redención que el Hijo efectuó. La santificación que lleva a cabo el Espíritu está dividida en tres etapas. La primera es para nuestro arrepentimiento, la segunda es para nuestra justificación y la tercera es para nuestra transformación. En el libro de Romanos, primero se revela la redención de Cristo y luego la santificación del Espíritu Santo. Pero en 1 Pedro 1:2 la santificación del Espíritu es primero y luego el rociar de la sangre de Jesucristo. Es por eso que necesitamos ver los diferentes aspectos y etapas de la santificación del Espíritu.

En Lucas 15 el Señor Jesús habló tres parábolas. En la primera parábola, el buen pastor sale a buscar la oveja perdida; en la segunda, una mujer busca su moneda perdida; y en la tercera, se nos revela a un padre amoroso que recibe al hijo pródigo que ha regresado. Estas tres parábolas revelan a la Trinidad Divina. El Hijo es el buen pastor, el Espíritu Santo es la mujer que busca y Dios el Padre es el padre amoroso que recibe al hijo que regresa. En Lucas 15 la mujer que busca enciende la lámpara, barre la casa y busca cuidadosamente hasta encontrar su moneda perdida (vs. 8, 10, 17). Esto tipifica la obra santificadora del Espíritu Santo. Él nos ilumina interiormente y descubre nuestros pecados uno por uno para que los conozcamos y nos arrepintamos.

Esta santificación del Espíritu Santo causa que regresemos al Señor y recibamos Su plena salvación. Antes de recibir al Señor, estábamos viviendo en el mundo con la gente mundana. Pero un día vino el Espíritu y nos encontró, a fin de separarnos para Dios, aun antes de que fuéramos redimidos. Él nos santificó, nos separó para Dios, antes de que fuéramos perdonados de nuestros pecados y justificados por Dios el Padre. Su obra santificadora nos separó para Dios para que despertáramos [volver en sí] (Lc. 15:17), nos arrepintiéramos y nos volviéramos a Dios (Hch. 26:20).

La búsqueda de la mujer en Lucas 15 tipifica la santificación inicial del Espíritu, la cual es la santificación del Espíritu revelada en 1 Pedro 1:2. Por tanto, podemos ver que 1 Pedro 1:2 revela la economía divina a través de la operación de la Trinidad de la Deidad para la participación de los creyentes en el Dios Triuno. La elección de Dios el Padre es la iniciación, la santificación de Dios el Espíritu lleva a cabo la elección de Dios el Padre; y la redención de Dios el Hijo, representada por el rociar de Su sangre, es la compleción.

(Vivir en y con la Trinidad Divina, capítulo 4, por Witness Lee)