Vivir en y con la Trinidad Divina, por Witness Lee

2 TESALONICENSES 2:13-14

En 2 Tesalonicenses 2:13 y 14 se nos dice: “Nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación en santificación por el Espíritu y en la fe en la verdad, a lo cual también os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo”. Dios [el Padre] nos escogió desde el principio. Esto alude a la eternidad pasada. Su salvación es en santificación por el Espíritu.

La santificación en el versículo 13 es todo-inclusiva, pues abarca las tres etapas de la santificación. La primera etapa es para nuestro arrepentimiento y se menciona en 1 Pedro 1:2. Primero, fuimos escogidos según la presciencia de Dios el Padre. Luego, conforme a lo que Dios escogió, el Espíritu Santo vino para separarnos, santificarnos, separándonos del mundo, del pecado y de todos los pecadores para Dios. Por medio de esa clase de santificación, nos arrepentimos y volvimos a Dios. Ésta es la primera etapa de la santificación para arrepentimiento.

La segunda etapa de la santificación es para nuestra justificación. En la segunda etapa, la santificación que recibimos en la salvación completa que Dios efectúa es tanto en posición como en la manera de ser. La santificación en posición se menciona en Hebreos 13:12, el cual dice que Jesús nos santificó mediante Su propia sangre. Nosotros obtenemos la santificación en posición mediante la sangre redentora de Cristo derramada en la cruz. Una vez que somos comprados para serle devueltos a Dios por la sangre del Señor, somos separados del mundo, recibimos la santificación en posición y somos hechos santos para Él. Además, cuando fuimos salvos y justificados, entramos en una unión orgánica con el Señor, participamos de Su vida y naturaleza divina, y fuimos santificados en nuestra manera de ser (1 Co. 6:11)

La tercera etapa de la santificación es para nuestra transformación, consiste principalmente en la santificación de nuestra manera de ser. Ésta es la santificación que hace hincapié Romanos 6:19 y 22. Esta santificación ocurre en nuestra manera de ser y cambia nuestra propia naturaleza. Esto tiene como finalidad nuestra transformación e incluye también ser conformados a la imagen del Hijo de Dios así como ser glorificados. De hecho, la glorificación es el último paso, el paso final, de la santificación del Espíritu Santo. La salvación completa que Dios efectúa se lleva a cabo en esta santificación todo-inclusiva.

La salvación en santificación por el Espíritu es el procedimiento, y la meta es obtener la gloria de nuestro Señor Jesucristo, el Hijo. La selección de Dios y la santificación por el Espíritu Santo, la cual lleva a cabo la salvación completa que Dios efectúa, tendrá un resultado. El resultado será obtener la gloria del Señor Jesucristo. Ésta es nuestra glorificación. Nuevamente vemos a los Tres de la Trinidad Divina involucrados con nosotros desde la eternidad pasada hasta la eternidad futura. La selección la hizo Dios en la eternidad pasada y nuestra glorificación será en la eternidad futura. Su salvación todo-inclusiva es de eternidad a eternidad.

(Vivir en y con la Trinidad Divina, capítulo 6, por Witness Lee)