Vivir en y con la Trinidad Divina, por Witness Lee

CRISTO NOS FUE HECHO DE PARTE DE DIOS PODER Y SABIDURÍA: JUSTICIA, SANTIFICACIÓN Y REDENCIÓN

Vivir con la Trinidad Divina es tener a Cristo como el poder de Dios y como Aquel que nos fue hecho de parte de Dios sabiduría, esto es: justicia, santificación y redención (1 Co. 1:24, 30). Cristo nos fue hecho de parte de Dios tanto poder como sabiduría. Que Él “nos” haya sido hecho, denota una transmisión. Esto es similar a la electricidad instalada en un edificio. Para poder experimentar y aplicar la electricidad que ha sido instalada es necesario activar el interruptor; entonces ocurre la transmisión de la electricidad. Cristo es tanto el poder como la sabiduría trasmitida de parte de Dios a nosotros, tal como la transmisión de la electricidad. Esta transmisión no es un evento que ocurre una vez y para siempre. Usamos la electricidad en un edificio día tras día. Día tras día encendemos la electricidad para poder disfrutar su transmisión. Igualmente necesitamos disfrutar la trasmisión continua de Cristo como poder y sabiduría de parte de Dios para nosotros.

Según 1 Corintios 1:30, Cristo como nuestra sabiduría es todo-inclusivo. Cristo nos fue hecho sabiduría de parte de Dios como nuestra justicia, santificación y redención. La justicia es para nuestro pasado. Al ser Cristo nuestra justicia, hemos sido justificados por Dios para que podamos renacer en nuestro espíritu a fin de recibir la vida divina (Ro. 5:18). La santificación es para nuestro presente. Mediante Cristo como nuestra santificación, estamos siendo santificados en nuestra alma, esto es, transformados en nuestra mente, emoción y voluntad con Su vida divina (6:19, 22). La redención es para nuestro futuro. Cristo como nuestra redención es para la redención de nuestro cuerpo (8:23) por medio de la cual seremos transfigurados en nuestro cuerpo con Su vida divina a fin de tener Su gloriosa semejanza (Fil. 3:2). La justicia, la santificación y la redención están incluidas en Cristo como nuestra sabiduría. Esta sabiduría es de parte de Dios para nosotros como una transmisión continua que podemos experimentar y disfrutar.

Es de Dios que estamos en Cristo (1 Co. 1:30a). Fuimos puestos en Cristo por Dios para que Él pudiera ser para nosotros poder y sabiduría de una manera continua. Esto nos fue revelado a nosotros por medio del Espíritu (2:10). El Espíritu que quita los velos nos revela las profundidades de Dios mediante la Palabra santa de Dios para que lo experimentemos y disfrutemos de manera profunda. En 1 Corintios 6:19 se nos dice que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en nosotros, a quien tenemos de Dios. El Espíritu es el medio, el elemento y la esfera de nuestra experiencia del Cristo maravilloso. Nuestro cuerpo es el templo para el Espíritu que quita velos. Tenemos que valorar el hecho de que nuestro cuerpo es un templo santo, santificado para el Espíritu consumado del Dios Triuno. Él está alojado en nuestro ser, y toma nuestro ser como Su morada.

A causa del Espíritu que mora en nuestro espíritu, estamos unidos al Señor como un solo espíritu (1 Co. 6:17). ¡Es asombroso que nuestro espíritu humano esté mezclado o unido con el Espíritu como una sola entidad! Los dos espíritus convergen en un solo espíritu. La relación entre nosotros y Dios ha llegado a tal estado maravilloso que nosotros y Dios somos uno en el espíritu. Como cristianos apropiados y normales, tenemos que aprender a permanecer en nuestro espíritu. Siempre debemos regresar a nuestro espíritu, ejercitar nuestro espíritu y usar nuestro espíritu. Para experimentar y disfrutar a Dios, a Cristo y al Espíritu, tenemos que estar en nuestro espíritu todo el tiempo. Siempre debemos permanecer aquí y morar aquí. Debemos ser personas que disfrutan del Dios Triuno en nuestro espíritu.

En 1 Corintios 12:13 se nos dice que a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Primero, el Espíritu mora en nosotros; después, Él llega a ser nuestra bebida. El Espíritu de Dios es nuestra bebida, y la Palabra de Dios es nuestra comida. Día tras día debemos comer la Palabra de Dios y beber el Espíritu de Dios como nuestra agua viva.

Todos los aspectos de Cristo revelados en 1 Corintios pueden ser experimentados y disfrutados por nosotros, únicamente en el Espíritu todo-inclusivo y por medio del Espíritu todo-inclusivo. Dios ha hecho que Cristo sea nuestro poder y sabiduría en el Espíritu y por medio del Espíritu.

(Vivir en y con la Trinidad Divina, capítulo 11, por Witness Lee)