2 CORINTIOS 5:5-6
En 2 Corintios 5:5 y 6 se nos muestra que el Dios [Triuno] se ha formado en nosotros para que seamos transfigurados; el Espíritu nos fue dado como las arras; y que nosotros estando en el cuerpo estamos lejos del Señor [el Hijo]. En esta porción, la palabra traducida “hizo” es una palabra difícil de definir. Dios nos hizo, nos formó, con miras a nuestra transfiguración. Esta palabra significa elaboró, formó, preparó y dispuso. Dios nos ha elaborado, formado, preparado y dispuesto o diseñado con el propósito de que nuestro cuerpo mortal sea completamente sorbido por Su vida de resurrección. Esto será nuestra transfiguración. La palabra “hizo” en la traducción de habla china significa sembrar una semilla en la tierra y regarla para que crezca, florezca y de fruto. Para que esta semilla cumpla su propósito de florecer y dar fruto, será necesario que yo primero la cultive. Primero, se siembra. Luego, se riega para que crezca. Estos pasos preparan la semilla para que ésta lleve a cabo mi propósito. De igual manera, Dios nos formó con miras a nuestra transfiguración.
Nosotros fuimos regenerados en el momento en que nos arrepentimos, creímos en el Señor e invocamos Su nombre. El Dios Triuno fue puesto dentro de nosotros. Dios comenzó a elaborarnos y realizar Su obra en nosotros desde el momento en que fuimos regenerados. Dios quiere usarnos para cumplir Su propósito. Es por esta razón que continuamos siendo el objeto de la labor de Dios y Él continúa moldeándonos; y estaremos bajo su labor hasta que seamos completamente maduros. El apóstol Pablo finalmente maduró y llegó a estar listo para ser transfigurado. Debemos permitirle a Dios que labore en nosotros hasta que nuestro cuerpo mortal sea completamente sorbido por Su vida de resurrección. Dios necesita trabajar en nosotros para prepararnos, para moldearnos y para hacernos aptos para Su propósito.
Forjar un metal es golpearlo con ciertas herramientas para darle forma. Entonces el metal habrá sido forjado. Sin embargo, el metal no tiene nada orgánico; mientras que la obra que Dios realiza en nosotros es íntegramente orgánica. Por ejemplo, sembrar una semilla en la tierra es algo orgánico; después, si regamos esta semilla orgánica, esto la ayudará a crecer y obtener paulatinamente el crecimiento de su vida interna. El hierro puede ser moldeado y formado, pero no es un material orgánico. Cuando Dios nos moldea por el crecimiento en vida, eso es orgánico. Él nos da forma transformándonos con el elemento de vida. Un pedazo de hierro no puede ser transformado. Podemos cambiar su forma, pero ese cambio no es transformación. La transformación no es simplemente un cambio externo, sino un cambio interno, metabólico y orgánico. Somos transformados interior y orgánicamente mientras la vida divina crece y aumenta dentro de nosotros. Dios nos esta elaborando con Él mismo como el elemento orgánico que se añade a nuestro ser a fin de ser transformados; no solo en forma sino también en naturaleza, un proceso que es metabólico y orgánico. Su vida divina es añadida dentro de nuestro ser, y Su elemento de vida nos cambia mientras aumenta dentro de nosotros. Entonces seremos moldeados, formados y preparados para que seamos transfigurados.
Frutas diferentes tienen formas diferentes. Una manzana, un plátano y un coco, todos tienen formas diferentes. Las formas de estas frutas no se logran por regulaciones externas. No necesitamos hacer una caja redonda para dar forma a una manzana. Más bien, mientras la vida de la manzana crece, ésta espontáneamente toma la forma propia de su vida. Cuando sembramos una semilla y la regamos, la vida en su interior crece. Con el tiempo, la vida en crecimiento forma la fruta según su apariencia. Por tanto, la figura, la forma, surge; pero no por regulaciones externas, tales como golpes de martillo, sino por el crecimiento de vida con el elemento de vida. Toda clase de fruta tiene su propia forma, de acuerdo a la esencia misma de su elemento. De la misma manera, nosotros tenemos la vida divina y esta vida divina tiene su propia forma.
El pensamiento de Pablo en 2 Corintios 5:5 y 6 es que fuimos hechos a la imagen de Dios, y que Él se ha añadido a nuestro ser como un elemento que crece. Ahora Dios opera en nosotros para que crezcamos. El crecimiento de la vida divina en nosotros nos dará la forma que encaje con nuestra transfiguración venidera. En su totalidad, la enseñanza de 2 Corintios es una enseñanza que moldea, que forma y que opera. Dios opera continuamente en nosotros a fin de moldearnos, formarnos, de modo que seamos aptos para la transfiguración venidera. Hoy en día estamos aquí siendo moldeados, trabajados por Él.
Todo el libro de 2 Corintios es un “libro de trabajo”. Dios trabaja en todos nosotros día tras día durante toda nuestra vida. Él trabaja en nosotros del mismo modo que un agricultor trabaja cultivando una plantita día tras día. Finalmente, la planta florece y da fruto. El Dios Triuno nos hizo o forjó, con miras a nuestra transfiguración. En nuestra transfiguración, todo nuestro ser será completamente lleno de Cristo. Dios nos ha dado el Espíritu para que sea las arras, la prenda, el anticipo, de esta etapa maravillosa y admirable de Su salvación completa que ha sido provista para nosotros en Cristo. Las arras nos garantizan que seremos transfigurados. Seremos transfigurados por la vida de resurrección que sorberá toda la muerte que haya en nuestro cuerpo mortal (1 Co. 15:54). Nuestro nuevo cuerpo, en realidad, será nuestro viejo cuerpo que habrá sido transfigurado con el elemento divino bajo la obra divina.
Al presente, nuestro cuerpo es nuestro domicilio y estamos lejos del Señor, el Hijo, hasta el día en que Él regrese y seamos arrebatados con Él. Entonces todos estaremos en casa con Él. Nuestra casa es el Dios Triuno (Sal. 90:1). Hemos sido regenerados mediante el elemento divino del Dios Triuno; ahora, crecemos día tras día con este elemento divino. Finalmente, este elemento divino, que es en realidad el propio Dios Triuno, llegará a ser nuestra morada eterna en nuestra transfiguración.
(
Vivir en y con la Trinidad Divina, capítulo 7, por Witness Lee)