Vivir en y con la Trinidad Divina, por Witness Lee

MATEO 12:28

En Mateo 12:28 el Señor dijo: “Pero si Yo [el Hijo] por el Espíritu de Dios [el Dios Triuno incluyendo al Padre] echo fuera los demonios, entonces ha llegado a vosotros el reino de Dios [el Dios Triuno]”. Mateo 12:28 aparentemente es una palabra simple, pero debemos considerar este versículo para ver su significado más profundo y su revelación. Debemos preguntarnos: “¿No hubiera podido el Señor Jesús echar fuera demonios por Sí mismo? ¿No hubiera podido el Señor haber dicho que Él echaba demonios por Él mismo para que Su propio reino llegara a las personas? ¿Qué de malo habría en esto?”. Si el Hijo hubiese hecho esto, Él habría actuado de manera individualista. En aquel entonces, Él se encontraba entre los fariseos, quienes eran orgullosos, egoístas e individualistas. Ellos no trabajaban con nadie más. Entre ellos no había humildad y estaban ocupados en la búsqueda de su propio provecho, su egoísmo. Sin embargo, aquí estaba Uno a quien ellos condenaban y que estaba frente a ellos y les decía que Él hacía las cosas de una manera distinta. La manera en que Él echaba fuera demonios mostraba que Él era una persona humilde y que no era individualista. Esta Persona no hacía las cosas por cuenta propia ni para sí mismo, sino que todo cuanto hacía, lo hacía por el Espíritu de Dios y para el reino de Dios. Él jamás hizo nada por Sí mismo ni para Sí mismo. ¿No es esto hermoso? Esto nos muestra la excelencia en la Trinidad Divina.

Ciertamente este es un buen modelo para nuestra coordinación. El Señor ha producido un Cuerpo constituido con muchos miembros, por tanto, todos estos miembros deben aprender de Él. Él estaba trabajando por el Espíritu de Dios para Dios el Padre. Él nunca hizo nada por Sí mismo ni para Él. ¿Acaso no es esto un modelo para nuestra coordinación en el Cuerpo? Debemos comportarnos como nuestra Cabeza. Él se comportó en una manera en que no hacía nada por Sí mismo ni para Sí mismo. Hoy, la vida de iglesia, el Cuerpo de Cristo, no ha sido edificada adecuadamente por la escasez de una coordinación apropiada. Si queremos coordinar con todos los miembros del Cuerpo, tenemos que aprender de Cristo nuestra Cabeza, tomándolo a Él como nuestro modelo. No debemos hacer nada por nosotros mismos ni para nosotros. Tal vez yo pueda hacer algo de acuerdo a la voluntad de Dios, pero lo que haga no puede ser hecho por mí mismo, sino que tiene que ser hecho por medio de otros. Más aún, lo que haga no puede ser para mí mismo, sino para los intereses, los derechos, de Dios sobre la tierra. Ésta es verdadera hermosura, y esta hermosura es una excelencia real, un atributo divino real, y una virtud excelente que necesitamos reproducir.

A menudo me preguntaba acerca de Mateo 12:28. Quería saber por qué el Señor no dijo que Él echaba demonios por Sí mismo para Su reino. Más bien, Él dijo que echaba demonios por otro y para otro. Su espíritu era tan humilde y abnegado. Él no hizo nada por Sí mismo ni para Sí mismo. En Él no había yo, ni elemento alguno de egoísmo. Esto es hermoso.

(Vivir en y con la Trinidad Divina, capítulo 5, por Witness Lee)