Ser liberados de los ritos religiosos y andar conforme al Espíritu, por Witness Lee

Más extractos de este título...

ASUMIR RESPONSABILIDAD EN LAS REUNIONES

No es fácil cambiar la atmósfera en las iglesias, pues hemos estado atrincherados en viejos conceptos por muchos años. Lo que necesitamos es cambiar nuestro concepto. No estamos conscientes de la influencia que el cristianismo tiene sobre nosotros. Por ejemplo, cada creyente tiene el concepto de que ellos deberían asistir a un servicio de adoración. Es posible que no utilicen la frase servicio de adoración, pero ellos tienen este concepto. Ellos también tienen el concepto de que el servicio de adoración consiste de cantar himnos, orar, escuchar las Escrituras y escuchar un sermón. Si no abandonamos este concepto, cada cambio que hagamos será superficial. Por ejemplo, podríamos pintar un podio de un color distinto. Aunque el color ha cambiado, la naturaleza del podio no ha cambiado. Pareciera que todavía queremos una reunión en la que cantemos, oremos, leamos las Escrituras y una sola persona dé un mensaje. Por tanto, cuando animamos a todos a que participen invocando y orando-leyendo, es posible que lo único que estemos cambiando sea nuestro método.

Además, debido a la influencia del cristianismo, no asumimos responsabilidad en las reuniones. Sabemos que habrá algunos hermanos que dirigirán la reunión. Por tanto, no venimos a la reunión con un sentido de responsabilidad. Nuestras reuniones no deberían ser dirigidas por algunos hermanos designados. Si alguien estuviese designado para dirigir la reunión, sería todo el mundo. Todos los hermanos y las hermanas que vienen a la reunión deberían asumir responsabilidad por la reunión. Si todos tenemos la actitud de que otros deberían asumir responsabilidad por la reunión, nuestras reuniones no tendrán impacto alguno.

Subconscientemente, tenemos el concepto de que los cristianos no asumen responsabilidad alguna cuando se reúnen. Los cristianos en las denominaciones tienen pastores que asumen responsabilidad por las reuniones. Nosotros también tenemos hermanos, tales como los ancianos o los colaboradores, que son responsables de nuestras reuniones. Cuando vamos a una reunión de distrito, hay hermanos que asumen responsabilidad. Quisiera recomendarles a los hermanos responsables en los distritos a que no se sienten en la primera fila; más bien, ellos deberían sentarse en la última fila. Si los hermanos y las hermanas no ejercen su función, los hermanos responsables no deberían hacerla por ellos. Si los hermanos responsables renuncian, las reuniones todavía continuarán. Las reuniones no son para los hermanos responsables. Las reuniones son para todos los santos. Por tanto, los ancianos y colaboradores deberían sentarse en las filas de atrás. Al final de la reunión un anciano puede ir al frente y dar los anuncios. La reunión es responsabilidad de los santos, no de los ancianos.

(Ser liberados de los ritos religiosos y andar conforme al Espíritu, capítulo 13, por Witness Lee)