VESTIRNOS DEL NUEVO HOMBRE
EN NUESTRO ESPÍRITU
A fin de tener la realidad de la iglesia en nuestro espíritu, primero debemos ser llenos de Dios. Cuando seamos llenos de Dios, nuestra mente estará ocupada con el Espíritu y seremos renovados en el espíritu de nuestra mente (Ef. 4:23). A fin de tener la realidad de la iglesia, también necesitamos vestirnos del nuevo hombre. Cuando somos renovados en el espíritu de nuestra mente, nos vestimos de la iglesia como nuevo hombre (v. 24) y vivimos en la iglesia. El nuevo hombre es la iglesia; por tanto, vestirnos del nuevo hombre equivale a vestirnos de la iglesia y vivir en la iglesia. Cuando tenemos nuestro vivir en el espíritu y andamos en él, estamos en la vida de iglesia. Esto es lo que el Señor desea ganar.
El Señor no desea meramente un grupo de personas que hayan sido salvas y vayan en pos de Él al leer la Biblia, orar y asistir a las reuniones. Esto no satisfará Su corazón. Tenemos que ser llenos en nuestro espíritu con el Espíritu y permitirle ocupar todo nuestro ser. Ésta es la manera en que somos renovados en el espíritu de nuestra mente y nos despojamos de nuestra vieja manera de vivir, la vieja sociedad y las viejas relaciones. Ésta también es la manera en que nos vestimos del nuevo hombre, que es la iglesia. El nuevo hombre es un asunto de nuestro vivir. Por tanto, cuando nos vestimos del nuevo hombre, estamos en la vida de iglesia.
(Ser liberados de los ritos religiosos y andar conforme al Espíritu, capítulo 9, por Witness Lee)