LEER LA PALABRA DEL SEÑOR
CON UN ESPÍRITU ABIERTO
Orar-leer es la manera más fácil de disfrutar al Señor. Por tanto, cuando leemos la Biblia, necesitamos tener un espíritu abierto. No nos deberíamos interesar por nuestras experiencias pasadas del Señor o por las doctrinas. Más bien, deberíamos orar sobre las palabras que leemos. Esta clase de oración es sencilla, breve, genuina y fresca. No deberíamos utilizar palabras viejas y rancias, ni deberíamos ponderar o esperar. Podemos sencillamente tomar las palabras de la Biblia como las palabras para nuestra oración usando las palabras de la Biblia como nuestra oración.
Por ejemplo, Romanos 8:2 dice: “La ley del Espíritu de vida me ha librado en Cristo Jesús de la ley del pecado y de la muerte”. Podemos utilizar este versículo para orar, diciendo: “La ley del Espíritu de vida me ha librado. Aquí hay una ley, y esta ley es la ley del Espíritu de vida. Esto es vida, esto es el Espíritu, y esto también es una ley. Alabado sea el Señor”. Cuando oramos con un espíritu abierto de esta manera, tocamos al Señor con nuestro espíritu por medio de las palabras de la Biblia y preparamos el camino para que el Espíritu Santo opere en nuestro interior. Cuando oramos-leemos con otros santos de esta manera, ellos se inspiran y oran conforme a su inspiración. Podemos incluso repetir las oraciones los unos de los otros a fin de ser vivificados. Cuando oremos de esta manera, nuestras oraciones siempre serán frescas, pues usamos varias porciones de la Biblia y oramos con las palabras que leemos. Incluso si venimos a un versículo que no entendemos, de todas formas lo podemos utilizar para nuestra oración.
(Ser liberados de los ritos religiosos y andar conforme al Espíritu, capítulo 15, por Witness Lee)