LA SUSTANCIA DE LA BIBLIA ES ESPÍRITU
La Biblia es un libro misterioso. En la superficie, la Biblia es sencilla y fácil de entender. Por tanto, algunas personas consideran la Biblia como un libro de historias. Otros, al ser más atentos, consideran la Biblia como un libro de doctrinas. Sin embargo, si tenemos al Espíritu de Dios con nosotros, sabemos en lo profundo de nuestro ser que el significado de la Biblia no está relacionado con historias o doctrinas, sino con el Espíritu.
Cuando las personas me miran, primero notan la ropa que llevo puesta, y si se fijan con más atención, perciben la próxima capa, que es mi piel y mi carne. Si hubiera una forma de ver más profundamente, las personas verían mis huesos y órganos internos. Ésta es la capa más profunda visible al hombre. No obstante, yo no estoy compuesto únicamente de estas capas. Dentro de mí hay algo invisible, algo que ni los profesionales médicos ni los científicos pueden encontrar. Este algo es mi espíritu. Dentro de cada ser humano hay un espíritu. Si yo no tuviese un espíritu, sería un cadáver ambulante, una persona absolutamente inútil. Le doy gracias al Señor porque tengo un espíritu. El espíritu del hombre es lo que hace que el hombre sea valioso.
El hombre tiene un espíritu, y la sustancia de la Biblia es Espíritu. La Biblia no es algo propio de la letra, sino del Espíritu (2 Co. 3:6). En Juan 6:63 el Señor dijo: “Las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida”. Lamentablemente, cuando muchas personas leen la Biblia, sólo tienen contacto con las palabras que están en la superficie de la Biblia, mas no con el Espíritu. Muchos saben que Jesús nació de la virgen María y que Él nació en Belén, pues oyeron esta historia cuando eran niños. Sin embargo, hay otra historia dentro de estas historias bíblicas. Esta historia es espíritu y es vida. Conocer sólo las historias en la superficie no tiene mucho valor. Debemos ver que dentro de las historias hay otra historia, que es espíritu y vida. Sólo entonces tiene valor la Biblia.
La historia de Jesús es una historia extremadamente misteriosa. Por dos mil años, historiadores, teólogos y hombres de letras han reconocido la historia de Jesús. No obstante, tenemos que conocer la historia que está dentro de la historia de Jesús. La historia dentro de la historia de Jesús es una historia propia del Espíritu. El Evangelio de Mateo no sólo nos muestra cómo Jesús vivió, obró y actuó en la tierra, sino que también nos muestra al Espíritu dentro de Su vivir, Su obra y Sus acciones.
(Ser liberados de los ritos religiosos y andar conforme al Espíritu, capítulo 1, por Witness Lee)