LA MANERA DE REUNIRNOS
SEGÚN SE VE EN 1 CORINTIOS
La Biblia no da una manera definida para que los cristianos se reúnan, pero sí dice lo que los primeros cristianos hacían en sus reuniones. En todo el Nuevo Testamento, sólo 1 Corintios 14 dice algo acerca de cómo reunirnos. El Evangelio de Mateo dice que sólo dos o tres pueden reunirse en el nombre del Señor (18:20). Hechos habla de las reuniones de los creyentes, pero no nos da los pormenores de cómo se reunían. Sólo 1 Corintios dice algo respecto a cómo reunirnos.
Cristo es nuestra porción
El libro de 1 Corintios contiene varios puntos básicos. El primer punto básico es que Cristo es la porción que Dios nos ha dado (1:2). Dios nos ha dado a Cristo como nuestra porción. Cuando los hijos de Israel entraron a la tierra de Canaán, a todos les fue dada una porción de la tierra. El Señor Jesús es nuestra buena tierra, y nosotros participamos de la porción asignada a los santos (Col. 1:12). Por tanto, Cristo es “de ellos y nuestro” (1 Co. 1:2); Él le pertenece a todos los creyentes. Él es nuestra porción. Dios ha hecho a Cristo, quien es nuestra porción, nuestro poder y nuestra sabiduría (v. 24). Él también llegó a ser nuestra justicia, santificación y redención (v. 30). Él es nuestra Pascua (5:7), nuestro fundamento (3:11) y nuestro alimento espiritual, nuestra bebida espiritual y nuestra roca espiritual (10:3-4). Cristo también es nuestra Cabeza (11:3). Como nuestra porción, Él es nuestro todo. Cristo fue el postrer Adán a fin de ser nuestro Redentor, y luego Él se hizo el Espíritu vivificante (15:45). Cristo, quien es nuestra porción, es el Espíritu que nos da vida. Éste es el primer punto básico visto en 1 Corintios.
Conocer el espíritu y ejercitar nuestro espíritu
El segundo punto básico es que debemos conocer y ejercitar nuestro espíritu. En 1 Corintios 6:17 se nos dice: “El que se une al Señor, es un solo espíritu con Él”. Tenemos que ser personas espirituales, los que andan en el espíritu y viven por el espíritu. En 2:1 Pablo dice: “Yo, hermanos, cuando fui a vosotros, no fui anunciándoos el misterio de Dios con excelencia de palabras o de sabiduría”. Luego, en el versículo 4 él dice: “Ni mi palabra ni mi proclamación fue con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder”. La palabra demostración indica una expresión. Pablo no habló a los santos conforme a la excelencia de palabras o palabras persuasivas de sabiduría. Su hablar fue una demostración del Espíritu a fin de que el Espíritu fuese manifestado, expresado. Los creyentes que son parte del movimiento pentecostal dicen que el Espíritu se expresa cuando ellos hablan en lenguas. No obstante, necesitamos combinar 2:4 con 14:6, que dice: “Hermanos, si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿qué os aprovecharé yo, si no os hablo con revelación, o con conocimiento, o con profecía, o con enseñanza?”. Al poner juntos estos dos versículos, podemos ver que la demostración, o expresión, del Espíritu no se refiere a hablar en lenguas, sino a hablar con palabras claras y comunes. El Espíritu se expresa en palabras claras.
El primer punto principal en 1 Corintios es que Cristo es nuestra porción, y el segundo punto es que nosotros deberíamos ejercitar nuestro espíritu a fin de disfrutar a este Cristo. Por esta razón, en nuestras reuniones no deberíamos hacer cosa alguna excepto ejercitar nuestro espíritu a fin de presentar al Cristo que hemos disfrutado.
Profetizar en las reuniones
Que tomemos a Cristo como nuestra porción y ejercitemos nuestro espíritu a fin de disfrutar a Cristo como nuestro todo son los puntos principales presentados en 1 Corintios. Estos dos puntos principales también deberían ser nuestro vivir. ¿Qué, pues, deberíamos hacer en las reuniones? Las reuniones tienen como meta exhibir al Cristo que hemos disfrutado en nuestro vivir. En nuestra vida diaria ejercitamos nuestro espíritu y disfrutamos a Cristo como nuestro todo. Luego, en las reuniones ejercitamos nuestro espíritu como una demostración del Espíritu. Cuando ejercitamos nuestro espíritu presentando al Cristo que hemos disfrutado a los santos, estamos profetizando. En 1 Corintios profetizar no se refiere a predecir, sino a hablar por el Señor.
En 1 Corintios 1:2 se nos dice que Cristo es de ellos y nuestro. Él es el postrer Adán que se hizo el Espíritu vivificante (15:45), y nosotros nos hemos unido a Él como un solo espíritu (6:17). No necesitamos ir al cielo a fin de unirnos a Él. Luego de Su ascensión, Él descendió a fin de unirse a nosotros en nuestro espíritu. Cristo está en nuestro espíritu (2 Ti. 4:22). Por tanto, le podemos experimentar en nuestro diario vivir cuando ejercitamos nuestro espíritu, y con nuestro espíritu podemos liberar las experiencias que hemos tenido de Cristo cuando asistimos a las reuniones. Esto es muy sencillo. Esto es lo que significa profetizar, hablar por Cristo. Puesto que profetizar es tan fácil, todos podemos profetizar. Sin embargo, no deberíamos dar discursos interminables. Deberíamos ser breves para que todos tengan la oportunidad de hablar.
(
Ser liberados de los ritos religiosos y andar conforme al Espíritu, capítulo 11, por Witness Lee)