LA PALABRA ENCARNADA VINO CON REALIDAD
Juan 1:1 dice: “En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios”. ¿Cuándo fue el principio? ¿Cuál es el significado de la expresión el principio ? El principio en este versículo es el principio antes que existiese el tiempo. Se refiere a la eternidad pasada, antes del principio visto en Génesis 1:1. En la eternidad pasada, antes del comienzo del tiempo, el Señor Jesús era la Palabra. Palabra en el griego original no se refiere a una palabra hablada para un momento específico o una palabra breve; se refiere a una palabra constante.
Como Palabra de Dios, Cristo habla acerca de Dios de una manera constante. Cristo, como Palabra, habla con respecto a Dios. Cristo es la definición, expresión y declaración constante de Dios. El versículo 18 dice: “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer”. Como Palabra de Dios, Cristo explica a Dios. Esto significa que la Palabra es Dios mismo.
Dios es misterioso. Nosotros creemos que Dios existe, pero ninguno de nosotros ha visto a Dios. Algunas personas son expertas en la electricidad, pero nadie ha visto la electricidad. Podemos ver la luz, que es la expresión de la electricidad, pero no podemos ver la electricidad misma. Una persona podría decir que la electricidad se encuentra dentro de una bombilla, pero si ella rompe la bombilla, no verá la electricidad. De igual forma, Dios es misterioso. Dios es omnipresente, y Su existencia es real, pero nadie le ha visto jamás. Alabamos al Señor porque cuando el Señor Jesús vino, el Dios invisible fue dado a conocer mediante el Señor Jesús.
Un día Felipe dijo: “Señor, muéstranos el Padre, y nos basta” (14:8). El Señor Jesús dijo: “¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a Mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?” (v. 9). La respuesta del Señor nos muestra que Él es la expresión, manifestación y explicación del Padre. Nuestro Señor Jesús es Dios.
El versículo 1 del capítulo 1 dice que en el principio, antes que existiese el tiempo, el Señor era la Palabra. El versículo 14 dice: “La Palabra se hizo carne, y fijó tabernáculo entre nosotros [...] llena de gracia y de realidad”. ¡Qué misterioso es esto! Un día la Palabra se hizo carne. Esto significa que la Palabra se hizo un hombre llamado Jesús, y Él fijó tabernáculo entre nosotros, lleno de gracia y de realidad. ¿Qué es la realidad? El Evangelio de Juan dice que el Señor Jesús es nuestra luz verdadera (8:12; 9:5) y nuestro aire verdadero (20:22). Él también es el pan de vida (6:35, 41, 48), el agua de vida (4:14; 7:38) y la morada eterna (14:2, 23). Él es nuestra luz, nuestro aire, nuestro pan, nuestra agua y nuestra morada. La luz del sol no es la luz verdadera; sólo es una sombra. El Señor Jesús es la luz verdadera. Si no lo tenemos a Él, sea que estemos bajo el resplandor poderoso de una luz eléctrica o bajo el resplandor del sol a mediodía, todavía estamos en tinieblas. El Señor Jesús es la luz verdadera. Tenemos luz verdadera únicamente cuando tenemos al Señor Jesús.
De igual forma, no importa cuánto aire fresco respiremos, ese aire es meramente una sombra; no es la realidad del aire. El Señor Jesús es el aire verdadero. No importa cuánta agua bebamos, sin el Señor Jesús, seguiremos teniendo sed. No importa cuánto alimento comamos, sin el Señor Jesús, seguiremos estando hambrientos. Podríamos vivir en un ático lujoso o en un palacio, pero sin el Señor Jesús, quedamos sin hogar y vagamos. Tenemos un hogar, un lugar de reposo, únicamente cuando tenemos al Señor Jesús. Todas las cosas solamente son sombras; sólo el Señor Jesús es la realidad. Podríamos pensar que la ropa que vestimos es real, pero si no tenemos al Señor Jesús, comprenderemos que estamos desnudos cuando nos encontremos con Él.
(
Ser liberados de los ritos religiosos y andar conforme al Espíritu, capítulo 7, por Witness Lee)