RECIBIMOS REVELACIÓN FUERA DE LA RELIGIÓN
Un día Pedro recibió la revelación de que el Señor Jesús es el Hijo del Dios viviente. Aquel en quien creemos y a quien seguimos es el Hijo del Dios viviente. En Mateo 16:13 Jesús y Sus discípulos fueron a la región de Cesarea de Filipo, que queda al borde de la Tierra Santa. El templo santo está en la ciudad santa, y la ciudad santa está en la Tierra Santa. Todo lo que está fuera de la Tierra Santa constituye la tierra de los gentiles. Cesarea de Filipo no puede considerarse como una tierra gentil, pero está muy cerca de la tierra gentil, pues está al borde de la Tierra Santa. Si deseamos conocer al Señor Jesús, tenemos que estar fuera de la religión; no debemos permanecer en el templo santo y en la ciudad santa. Sin embargo, no es suficiente dejar el templo santo y la ciudad santa; también debemos dejar la Tierra Santa y seguir a Cristo a una esfera que está fuera de la religión. El Señor Jesús llevó a Sus discípulos a la región de Cesarea de Filipo con la intención de sacarlos completamente de su trasfondo religioso, es decir, de la atmósfera, el ambiente y la influencia propios de la religión a fin de que ellos pudieran desprenderse de ella.
Mientras tengamos aunque sea un pequeño concepto religioso, tendremos un velo que nos cubre. Este velo impedirá que conozcamos al Señor Jesús. No deberíamos pensar que los incrédulos son los únicos que no conocen al Señor Jesús. Las personas en el cristianismo no necesariamente conocen al Señor Jesús. El “ismo” del cristianismo es un velo. El Señor nos tiene que sacar de la religión. El Señor y Sus discípulos vinieron a la región de Cesarea de Filipo. Las palabras a la región indican que ellos estaban en una esfera. En esta esfera no había ninguna atmósfera religiosa, ningún ambiente religioso, ningún trasfondo religioso y ninguna influencia religiosa. El velo religioso estaba ausente.
En Cesarea de Filipo el Señor Jesús cuestionó a Sus discípulos, diciendo: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?” (v. 13). Ellos dijeron: “Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o uno de los profetas” (v. 14). En la esfera de la religión, las personas están llenas de conceptos religiosos y figuras religiosas. Juan el Bautista era una figura religiosa nueva, Elías fue el mayor de los profetas del Antiguo Testamento, seguido por Jeremías, y hubo otros profetas que también eran considerados como grandes figuras religiosas. Es así como las personas religiosas veían al Señor Jesús.
El Señor luego se dirigió a Sus discípulos y les preguntó: “Y vosotros, ¿quién decís que soy Yo?” (v. 15). Pedro respondió, diciendo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (v. 16). Esto fue una revelación. No fue una tradición, enseñanza, regulación o religión. Todos nosotros debemos recibir una revelación acerca de quién Cristo es. Cristo es el Hijo del Dios viviente. Él no es meramente el Hijo de Dios; Él es el Hijo del Dios viviente.
(
Ser liberados de los ritos religiosos y andar conforme al Espíritu, capítulo 6, por Witness Lee)