LA ADORACIÓN EN EL NUEVO TESTAMENTO
SE EFECTÚA EN ESPÍRITU Y CON VERACIDAD
Profetizar equivale a utilizar nuestro espíritu viviente, fuerte y fresco para proclamar al Cristo que hemos experimentado. Es posible que la religión no considere esto como adoración, pero en esto consiste la verdadera adoración a Dios.
En Juan 4:24 el Señor Jesús dijo: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y con veracidad es necesario que adoren”. Veracidad denota a Cristo, y en espíritu se refiere a nuestro espíritu fuerte, fresco y viviente. El Señor Jesús dijo que la verdadera adoración se efectúa en nuestro espíritu y con veracidad. Dios es Espíritu, y los que le adoran tienen que hacerlo en espíritu, no en el Espíritu Santo sino en su espíritu humano. Ellos también tienen que adorar con veracidad, que es el Cristo a quien ellos han experimentado. Esto no se refiere meramente a cantar himnos o alabar, y mucho menos a inclinarnos o arrodillarnos. Es por completo un asunto de tener un espíritu fuerte a fin de exhibir a Cristo. En esto consiste la adoración.
Tal parece que Pablo no dijo mucho acerca de adorar a Dios, pero el profetizar del cual habló es la verdadera adoración. La adoración que Dios desea consiste en que nosotros traigamos nuestra experiencia de Cristo a fin de que tanto Dios como el hombre sean satisfechos. Dios desea que Su Hijo sea apreciado entre los hombres. Ésta es una de las comisiones que la iglesia tiene en la tierra. La iglesia debe exhibir a Cristo para que otros lo aprecien. Cuantas más personas hay que aprecian a Cristo, más Dios es satisfecho. Ésta es la manera en que adoramos a Dios.
Nuestras reuniones no ponen énfasis en cantar, alabar, orar, dar un sermón o escuchar un sermón porque Dios desea que apreciemos a Cristo. En nuestras reuniones nosotros exhibimos a Cristo con la demostración del espíritu al profetizar. Éste es el principio que rige nuestras reuniones.
(Ser liberados de los ritos religiosos y andar conforme al Espíritu, capítulo 13, por Witness Lee)