CRISTO EN CONTRASTE CON LA LEY
El apóstol Pablo les dijo a los gálatas que a Dios le agradó revelar a Su Hijo en él (Gá. 1:15-16), y les dijo que Cristo sería formado en ellos (4:19). Esto es porque en aquel tiempo los creyentes gálatas habían sido grandemente influenciados por la enseñanza de la ley, la enseñanza de guardar la ley (3:2, 5). La ley es algo que proviene de Dios. Ella es buena, santa, divina, justa, espiritual y perfecta (Ro. 7:12-14). Sin embargo, la ley no es Cristo. Nosotros no estamos ligados a la ley en absoluto; simplemente estamos ligados a Cristo. Cristo, no la ley, es el pensamiento central de Dios. La ley no es el centro, pero Cristo sí lo es. Así que, el apóstol les dijo a los gálatas cómo él antes estaba bajo la ley, pero un día Dios le reveló a Su Hijo en él. Esto fue algo aparte de la ley. A partir de entonces él pudo discernir la diferencia entre la ley y Cristo, y abandonó la ley y se quedó con Cristo. Él les dijo a los gálatas que hoy, con respecto a nosotros los cristianos, lo importante no es guardar la ley, sino vivir por Cristo. Él dijo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gá. 2:20). Asimismo les dijo: “Yo por la ley he muerto a la ley” (v. 19). Él no tenía nada que ver con la ley, pues era una persona que estaba muerta a la ley. En lo que se refería a la ley, él estaba muerto y había llegado a su fin. Él estaba ligado a Cristo, y era Cristo quien vivía en él.
Hablando con propiedad, hoy en día nadie enseña la ley, pero debe darse cuenta de que muchas veces usted se comporta como si fuera un maestro de la ley. Quizás cada mañana en su oración usted sea un buen maestro que hace todo lo posible por enseñarse a sí mismo a hacer el bien. Usted es un maestro de la ley y un legislador para sí mismo, e incluso usted mismo ha llegado a ser la ley. Es posible que haya establecido para sí mismo muchas leyes a fin de hacer el bien. Probablemente haya establecido una ley para sacrificarse por el Señor y también una ley para ser humilde, para amar a los demás y para ayudar a otros. Es posible que tenga más leyes que los Diez Mandamientos y que sea un mejor legislador que Moisés. ¿Se da cuenta de que ha sido muy influenciado por su esfuerzo de hacer el bien? Usted tiene que dejar de esforzarse por hacer el bien. Nosotros no estamos ligados a hacer el bien; estamos ligados a Cristo. ¿Puede usted olvidarse de hacer el bien? Si todavía se esfuerza por hacer el bien, esto significa que es un creyente “gálata”.
(Pensamiento central de Dios, El, capítulo 8, por Witness Lee)