Pensamiento central de Dios, El, por Witness Lee

SATANÁS SE INYECTÓ EN EL HOMBRE

El pensamiento central de Dios es introducirse en el vaso de Su creación, en el cual el hombre es el centro y todas las demás cosas son el entorno, un suplemento, a este vaso. Pero antes que Dios se introdujera en este vaso, vino la serpiente Satanás, el enemigo de Dios, para estropear, para envenenar, el vaso. Él sabía que el hombre es la parte central del vaso de la vieja creación, así que vino para inyectar su veneno en la parte central de este vaso. Si usted examina las Escrituras desde este punto de vista, entenderá por qué la serpiente vino de la manera que lo hizo. A fin de inyectar algo en el cuerpo físico, usted siempre escoge un punto suave, pues es más fácil inyectar allí. El enemigo, la serpiente, es muy sutil. Él sabe muy bien qué parte de la vieja creación es la más suave: la mujer. Las hermanas son demasiado suaves. Debido a que son tan suaves, ellas son perfectas para que el enemigo venga e inyecte algo. Muchas veces les he dicho a las personas que si van a contactar a las hermanas, no traten de razonar ni discutir con ellas. Simplemente derramen un par de lágrimas y eso las convencerá porque son muy débiles. El enemigo hizo esto mismo en principio. Él vino para inyectarse en la parte más suave, la parte más débil, de la humanidad, y logró su propósito.

Desde entonces, Satanás ha sido mezclado con la humanidad. En la naturaleza humana hay algo de la serpiente. En la naturaleza humana hay algo satánico, algo que es Satanás mismo. Cuando el Señor estuvo en la tierra, Él reprendió a las personas llamándolas “cría de víboras” (Mt. 3:7; 12:34; 23:33), es decir, hijos de la serpiente. Además, les dijo a los judíos que ellos eran de su padre el diablo (Jn. 8:44). En otras palabras, ellos eran hijos del diablo, porque la vida, la naturaleza, la sustancia, de la serpiente había sido inyectada en la naturaleza humana. Debemos entender el significado de la caída del hombre. No solamente significa que el hombre hizo algo malo contra la ley de Dios; esto es demasiado objetivo. La caída del hombre también tiene un aspecto muy subjetivo, pues algo de Satanás se mezcló con el hombre.

¿Sabe usted cuál es la diferencia entre el cuerpo y la carne? El cuerpo fue hecho por Dios un vaso puro para contener el alma; pero la carne es el cuerpo mezclado con la naturaleza de Satanás y, por ende, se ha vuelto algo muy pecaminoso. Si usted lee Romanos 7, comprenderá que el pecado mora en los miembros del cuerpo (vs. 17, 20, 23). En Romanos 6, 7 y 8 la palabra pecado, en singular, denota la vida y la naturaleza de Satanás. De hecho, en estos tres capítulos, el pecado es una persona, la corporificación de Satanás, y es viviente y actúa. Puede reinar como un rey (6:12); puede gobernarlo a usted, controlarlo y señorearse de usted (v. 14); y puede llegar a ser su amo y convertirlo en un esclavo (v. 20). El pecado, que es la vida y naturaleza del diablo, está en el cuerpo. Por lo tanto, el cuerpo experimentó un cambio en naturaleza porque algo de Satanás le fue inyectado, lo cual hizo que se mezclara con Satanás. Si lee las Escrituras cuidadosamente, verá que desde Génesis 3 todas las cosas por el lado negativo provinieron de la serpiente, Satanás, quien se inyectó en el hombre.

(Pensamiento central de Dios, El, capítulo 6, por Witness Lee)