CRISTO EN LA CRUZ PUSO FIN A
SEIS ASUNTOS RELACIONADOS CON SATANÁS
Después que Satanás se introdujo, trajo consigo muchas cosas. En primer lugar, Satanás nos trajo el pecado y la muerte (Ro. 5:12). Después de esto, él hizo al hombre pecaminoso. El hombre creado por Dios era puro; pero después de la caída, Satanás se inyectó en el hombre, y éste llegó a ser pecaminoso y fue constituido pecador (v. 19a). Además, Satanás trajo consigo el mundo, la vida humana en la sociedad humana. ¿Se da usted cuenta de que la sociedad humana es un mundo bajo Satanás? El mundo es un sistema satánico. La palabra griega traducida “mundo”, kósmos, simplemente significa sistema. El enemigo, Satanás, recluyó en un sistema el linaje humano con la sociedad humana. Cuando usted entra en la sociedad humana, hay muchos sistemas en los que usted es puesto. La educación es un sistema; y el matrimonio es otro sistema. Sin embargo, esto no significa que la educación y el matrimonio sean malos; más bien, significa que el matrimonio ha sido utilizado por el enemigo como un sistema para recluir a las personas. Usted necesita casarse, pero no se deje atrapar por el sistema. Tal vez usted pregunte cuál es la diferencia entre el matrimonio y el sistema del matrimonio. Si consideran el matrimonio de Isaac y Rebeca, verán la diferencia. Isaac se casó con Rebeca; eso fue todo. Fue algo muy sencillo. Sin embargo, hoy existe el sistema del matrimonio. Cuando las personas de hoy se casan, no sólo entran en la vida matrimonial, sino en un sistema de matrimonio. Isaac entró en la vida matrimonial; pero no fue apresado por un sistema mediante el matrimonio. No le estoy diciendo que no deba casarse; al contrario, he dicho que usted necesita multiplicarse. Sin embargo, no debe permitir que nada relacionado con la vida humana lo haga parte de un sistema.
Todas las cosas de la vida humana apropiada son de Dios, pero todas estas cosas apropiadas han sido utilizadas por el enemigo como sistemas para atrapar a las personas. Por lo tanto, la vida humana que el enemigo ha organizado en un sistema simplemente llega a ser el mundo, un sistema. Las personas no tienen libertad para servir a Dios porque están atrapadas dentro de un sistema. Esto no significa que los jóvenes no deben ir a la escuela; al contrario, yo los animo a que estudien. Sin embargo, no permitan que su título universitario, o incluso su doctorado los atrape en un sistema. Asimismo, ustedes deben usar el dinero, pero no permitir que éste los atrape en un sistema. Igualmente necesitan vestirse. Esto es algo que Dios dispuso, pero el enemigo ha utilizado el asunto del vestido para recluir a las personas en un sistema. Muchas personas del mundo no tienen libertad para servir al Señor simplemente porque han sido atrapadas en un sistema relacionado con su ropa. Algunos pasan horas vistiéndose, pero no dedican ni un solo minuto para leer la Palabra. Pasan muchas horas comprando su ropa, pero no vienen a las reuniones. Ellas sirven a la ropa, pero no sirven a Dios. Vestirnos no es algo del mundo, pero ser atrapados en un sistema por causa del vestido es absolutamente algo del mundo. Esto es algo mundano.
Por lo tanto, vemos que junto con Satanás vino el pecado y la muerte, los pecadores fueron constituidos y un mundo fue formado, organizado y sistematizado. Además, tenemos el reino de las tinieblas, es decir, el reino de Satanás con los principados, las autoridades, los gobernadores del mundo de estas tinieblas, las huestes espirituales de maldad en los lugares celestiales (Ef. 6:12). Todas estas cosas están relacionadas con Satanás. Éste es un grupo satánico compuesto de seis cosas: Satanás, el pecado, la muerte, los pecadores, el sistema del mundo y el reino de las tinieblas. Por el lado negativo, éstos son los asuntos de los cuales las Escrituras nos hablan. Por medio de la cruz el Señor le dio muerte al enemigo, Satanás (He. 2:14). Él también murió como Aquel que fue hecho pecado por nosotros (2 Co. 5:21) y murió por nuestros pecados (1 Co. 15:3). Todos los pecados son fruto del pecado. Por consiguiente, en la cruz Él resolvió el problema del pecado junto con los pecados. No sólo eso, sino que el Señor gustó la muerte en la cruz (He. 2:9) y así resolvió el problema de la muerte. Además, en la cruz el Señor crucificó al hombre pecaminoso. Gálatas 2:20a dice que nosotros fuimos crucificados juntamente con Él, y Romanos 6:6 dice que nuestro viejo hombre fue crucificado con Cristo. ¿Qué podemos decir acerca del mundo? El mundo también fue juzgado por el Señor en la cruz (Jn. 12:31; Gá. 6:14b). Cuando el hombre fue muerto en la cruz, Satanás, quien estaba en el hombre, también fue muerto, y el mundo que pertenece a Satanás fue juzgado en la cruz. Además, como dice Colosenses 2:15, Cristo se despojó del reino de las tinieblas con los gobernadores y autoridades en la cruz. Por lo tanto, es únicamente mediante la cruz que el Señor hizo frente —y continúa haciendo frente— a este grupo de cosas satánicas.
Este resumen les permitirá tener claro cuál es el pensamiento central de Dios. El pensamiento central de Dios no es simplemente quitar los pecados, perdonar nuestros pecados, ni salvarnos y librarnos. El pensamiento central de Dios es que Cristo tiene que ser forjado en nuestro ser, y que nosotros tenemos que ser edificados junto con otros como Cuerpo, el cual es la expresión corporativa de Dios en Cristo, hasta ser un edificio espiritual, la Nueva Jerusalén. Éste es el pensamiento central de Dios, y ésta es la dirección, la meta, el objetivo, hacia donde Dios labora.
(
Pensamiento central de Dios, El, capítulo 6, por Witness Lee)