DIOS SE EXPRESA EN CRISTO
A TRAVÉS DE LA NUEVA JERUSALÉN
Este relato nos dice que Dios, quien está en el centro mismo de la ciudad, es la luz, y el resplandor de la luz es la gloria de Dios (21:23a). Dios, quien es la luz y quien resplandece continuamente, está en la lámpara, la cual es el Cristo redentor, el Cordero redentor (v. 23b). Dios está en Cristo así como la luz está dentro de una lámpara. El hecho de que la lámpara resplandezca desde el centro de esta gran ciudad muestra que cada parte de la ciudad es transparente. Por lo tanto, la ciudad en su totalidad es un vaso corporativo que expresa a Dios en Cristo y por medio de Cristo.
Yo nací y fui criado y educado en el cristianismo. Desde que era niño, escuché muchas enseñanzas acerca de la Nueva Jerusalén. Había diferentes opiniones, diferentes pensamientos y diferentes enseñanzas acerca de esta ciudad. De joven simplemente acepté esas enseñanzas. Sin embargo, mediante las experiencias que he tenido del Señor en la vida interior y conforme al principio de la vida, y a través de mucho estudio, lectura y reflexión profunda de todas las Escrituras, el Señor gradualmente me ha revelado la explicación y definición correctas, apropiadas y adecuadas de la Nueva Jerusalén. La Nueva Jerusalén es un vaso viviente y corporativo destinado a contener a Dios en Cristo y a expresar a Dios por medio de Cristo. Podemos concluir esto porque Apocalipsis 21 dice que el propio Dios que habita en esta ciudad es la luz, y el Redentor, el Hijo de Dios, el Señor Cristo como Cordero, es la lámpara. La luz resplandece dentro de una lámpara para expresarse a sí misma. En este cuadro de la Nueva Jerusalén, Dios es la luz en la lámpara, que es Cristo, para resplandecer en Cristo y por medio de Cristo. Dios es uno con Cristo; no podemos jamás separar la luz de la lámpara. La luz es la esencia misma de la lámpara, y es uno con ella. La luz necesita una lámpara porque desea resplandecer a fin de expresarse. Además, la lámpara está en la ciudad, que es un vaso corporativo, un recipiente corporativo. Debido a que este vaso corporativo es transparente en todo aspecto y por todas partes, es fácil que resplandezca con la luz que contiene en su interior. La Nueva Jerusalén contiene a Dios en Cristo e irradia a Dios por medio de Cristo. Éste no es un mero pensamiento humano ni mi explicación solamente. Ésta es la revelación del pensamiento divino que el relato divino nos comunica.
(Pensamiento central de Dios, El, capítulo 11, por Witness Lee)