LA VIDA QUE PUEDE TRAERLE REPOSO A DIOS
En los capítulos anteriores pudimos ver que la vida del hombre, la vida más elevada entre los seres creados, es una vida que posee la imagen de Dios y la autoridad de Dios; por tanto, dicha vida puede traerle reposo a Dios. Esto se debe a que esta vida puede sojuzgar la tierra y todas las cosas que están en ella. Sojuzgar todas las cosas es ponerlas bajo el control de Dios, en sujeción a Dios. Esto significa que antes que fuesen sojuzgadas, debía de haber existido algo en el universo y en esta tierra que se oponía a Dios y tenía que ser sojuzgado.
Génesis 1:28 nos dice que Dios le mandó al hombre que sojuzgara la tierra, no las aguas ni el aire. Esto se debe a que sobre la tierra estaba la serpiente, la principal de las criaturas que se arrastran. En Génesis 3 la serpiente arruinó al hombre que Dios había creado. La intención de Dios es obtener un hombre hecho a Su imagen y a quien Él le ha confiado Su autoridad para que le represente en la tierra y sojuzgue la tierra así como todos los enemigos, los seres vivientes que se arrastran. Esto hará que la tierra y todas las cosas que están en la tierra sean sujetadas a Dios de modo que le traigo reposo a Dios. El reposo implica satisfacción. Es cuando Dios puede reposar y estar satisfecho con que Su obra esté completa. Éste es el pensamiento central de Dios. Lo que Dios busca hoy es una vida que le pueda traer reposo.
¿Está usted satisfecho con su vida cristiana y con su vida de iglesia? Si no lo está, ¿cómo puede Dios estar satisfecho? Es únicamente cuando usted lleva una vida que tiene la imagen de Dios para expresarle y la autoridad de Dios para representarle y subyugar a los enemigos de Dios, que usted puede hallar reposo y que Dios puede reposar con usted. Entonces usted estará satisfecho, y Dios también estará satisfecho. Éste es el pensamiento central que ocupa la mente divina. No es su obra ni todas las cosas que usted hace. Me temo que cuanto más usted labore, más perderá su reposo y satisfacción. Cuanto más usted trate de hacer el bien o algo para Dios, más insatisfecho estará. Estamos siendo llamados a conocer por experiencia el pensamiento central de Dios. Si renunciamos a nosotros mismos para disfrutar a Cristo como el todo para nosotros, tendremos la vida apropiada de iglesia. Entonces obtendremos reposo y estaremos satisfechos. Cuando nosotros estamos satisfechos, Dios también lo está.
(Pensamiento central de Dios, El, capítulo 3, por Witness Lee)