DISFRUTAR Y EXPERIMENTAR A CRISTO
PARA LLEGAR A SER LA IGLESIA
Prosigamos ahora de Jacob a Israel, la casa de Dios. La casa de Jacob primero disfrutó a Cristo como el Cordero pascual (Éx. 12; 1 Co. 5:7). El día de la pascua, los israelitas pusieron la sangre del cordero en los postes y en el dintel de la puerta (Éx. 12:7), y comieron la carne del cordero (v. 8). Esto significa que, por un lado, ellos disfrutaron la redención de Cristo y, por otro, disfrutaron a Cristo como su vida y suministro de vida. Además, ellos disfrutaron a Cristo como el pan sin levadura (vs. 15-20). ¿Sabe usted lo que Dios les pidió que hicieran después que disfrutaron a Cristo de esa manera? Dios les pidió que erigieran un tabernáculo, que le edificaran una casa (25:8). Los hijos de Israel disfrutaron y experimentaron a Cristo como la redención y la vida. Fue inmediatamente después de esto que Dios no sólo les mandó, sino que aun les exigió que erigieran un tabernáculo que había de ser Su morada entre ellos. Por lo tanto, aquí una vez más tenemos a Cristo y la iglesia.
Si usted lee el libro de Éxodo una vez más, comprenderá que toda la madera, las tablas y los demás materiales para el tabernáculo son tipos de los aspectos de Cristo que los creyentes disfrutan y que los convierten en materiales útiles para la edificación de la iglesia. ¿Qué es el tabernáculo? El tabernáculo es el agrandamiento, el aumento, de Cristo tipificado por el cordero. Si usted disfruta al cordero, si yo lo disfruto y todos lo disfrutamos, finalmente este cordero llegará a ser el tabernáculo por medio de nosotros. Los hijos de Israel pudieron ser agrandados hasta convertirse en un tabernáculo simplemente porque, en tipología, ellos experimentaron y disfrutaron a Cristo y fueron unidos a Cristo. Ellos recibieron algo de Cristo y esta porción de Cristo los convirtió en materiales aptos para el tabernáculo. Hoy en día nosotros tenemos a Cristo y somos la iglesia, no por alguna bondad natural que tengamos ni por otros asuntos naturales, sino por el Cristo que experimentamos. Somos la iglesia mediante el Cristo que experimentamos y que nos constituye el material de la iglesia. Así como el cordero llegó a ser el tabernáculo, el Cristo que nosotros disfrutamos y experimentamos llega a ser la iglesia.
Si usted experimenta y disfruta a Cristo, ciertamente añorará la vida de iglesia. Si tiene una buena comunión con el Señor Jesús en la mañana, estoy seguro de que vendrá a la reunión de la iglesia por la noche. Usted ha disfrutado a Cristo, pero se da cuenta de que debe tener su vivir en la iglesia. Es por ello que, en muchos casos, no debemos hablarles a las personas acerca de la iglesia, sino simplemente ayudarlas a conocer a Cristo. Cuanto más conozcan a Cristo, más añorarán la iglesia. El cordero se convertirá en el tabernáculo, y Cristo llegará a ser la iglesia; pero para ello usted debe experimentarlo y disfrutarlo. Primeramente, usted debe tener al Cordero pascual, y luego tendrá el tabernáculo en el desierto edificado como una morada para Dios. Después que el tabernáculo fue levantado, un buen número de ofrendas, que tipifican a Cristo, fueron ofrecidas a Dios. Nunca podemos separar a Cristo, quien es tipificado por las ofrendas, de la iglesia, la cual es tipificada por el tabernáculo. Donde está el tabernáculo, allí están las ofrendas. Donde está la iglesia, allí está Cristo; y donde está Cristo, allí está la iglesia.
Toda la historia de los hijos de Israel en el Antiguo Testamento es una historia del tabernáculo y del templo. En principio, ambos son lo mismo. Al comienzo el tabernáculo era el centro de la historia de Israel, y más tarde el templo vino a ser el centro. Esto nos muestra que la intención de Dios es que nosotros experimentemos a Cristo para que un edificio llegue a existir. Éste es el pensamiento central de Dios. En tipología, el templo llegó a existir mediante las experiencias de Cristo. Después que los hijos de Israel fueron introducidos en la tierra de Canaán, después que disfrutaron de Canaán y después que experimentaron lo bueno que era, surgió el templo. Una vez más, Canaán es un tipo de Cristo, y el templo es un tipo de la iglesia. Así como el templo es el resultado final de la experiencia y disfrute de la buena tierra, la iglesia es el resultado final de la experiencia y disfrute que tienen los santos de Cristo. Cuando disfrutamos a Cristo, la iglesia llega a existir. Después que los israelitas disfrutaron y experimentaron todas las riquezas, la abundancia, de la buena tierra, ellos edificaron el templo, la morada de Dios. Esto es un cuadro de cómo la iglesia procede de Cristo, a quien hemos experimentado.
(
Pensamiento central de Dios, El, capítulo 7, por Witness Lee)