EL PROBLEMA QUE EXISTE HOY
EN CUANTO A LA IGLESIA
Ahora llegamos al Nuevo Testamento. El relato del Nuevo Testamento es un relato de la Cabeza con el Cuerpo, un relato de Cristo y la iglesia. Cristo es la Cabeza, y la iglesia es el Cuerpo. Hace un buen número de años unos jóvenes en el Lejano Oriente afirmaron que habían recibido la revelación en cuanto a Cristo y la plenitud de Cristo. Ellos dijeron que no era necesario hablar de la iglesia porque en tanto que tengamos a Cristo, todo está bien. Es absurdo decir esto. Si usted verdaderamente ha recibido la revelación de Cristo, también tendrá la revelación de la iglesia. Usted no puede tener una revelación acerca de la Cabeza sin el Cuerpo. Si usted realmente ve algo de Cristo, la iglesia vendrá después. En Mateo 16:16 Pedro vio la revelación de parte del Padre celestial en cuanto a Cristo. Él dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Inmediatamente después de esto, el Señor dijo: “Sobre esta roca edificaré Mi iglesia” (v. 18). Si usted conoce a Cristo, ciertamente conocerá la iglesia. No es posible tener la Cabeza sin el Cuerpo. Examine los escritos, las enseñanzas, las predicaciones, de los apóstoles, especialmente del apóstol Pablo. ¡Oh, cuánto habló él acerca del Cuerpo de Cristo! Casi todas las Epístolas de los apóstoles recalcan no solamente a Cristo, la Cabeza, sino también la iglesia, el Cuerpo.
Hoy en día el problema entre los creyentes no tiene que ver principalmente con Cristo, sino con la iglesia. No creo que los verdaderos creyentes estén equivocados en cuanto a Cristo, la Cabeza; pero lamentablemente, la mayoría de los creyentes están equivocados en cuanto al Cuerpo. Yo he sido cristiano por casi cuarenta años, y he estado sirviendo al Señor por más de treinta años. Debo decirles que he sufrido sólo un poco por el Señor, pero he sufrido muchísimo por la iglesia. Por lo tanto, hay un gran problema relacionado con el Cuerpo. Mientras usted simplemente hable de Cristo sin mencionar el Cuerpo, los demás lo considerarán una persona maravillosa; sin embargo, será una persona maravillosa “en el aire”, no en la práctica. Pero si usted va a hablar en términos prácticos acerca de la iglesia, debe prepararse para sufrir persecución. Hoy el sutil enemigo, la antigua serpiente, todavía hace todo lo posible por estorbar, dañar, estropear e incluso acabar con la vida de iglesia, el Cuerpo de Cristo. ¿Sabe usted lo que el Señor nos dijo? Él dijo: “Sobre esta roca edificaré Mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mt. 16:18). Esto comprueba y revela que la iglesia será atacada por las puertas del Hades, pero alabado sea el Señor porque podemos estar en paz. No se asuste. Usted tiene que creer en las palabras del Señor, porque Él nos dijo claramente que la iglesia edificada con piedras vivas sobre esta roca divina jamás podrá ser derrotada por las puertas del Hades. Todo el poder de la muerte, todo el poder del infierno y todo el poder de las huestes satánicas no podrán prevalecer contra la iglesia que es edificada sobre la sólida roca. Sin embargo, tenemos que entender que aquí se libra una verdadera batalla. Mientras nos mostremos a favor del Cuerpo de Cristo, tenemos que prepararnos para sufrir por el Cuerpo.
Ahora usted puede ver que la máxima intención de Dios consiste en que la iglesia sea edificada para Sí mismo y para Su Hijo, que sea un edificio para Sí mismo así como un Cuerpo, una novia, un aumento, para Su Hijo. Éste es el pensamiento central de Dios. Éste es precisamente el asunto central que el Señor mismo busca. Si vemos esto, estaremos listos para los últimos dos capítulos de las Escrituras, los cuales tratan sobre la Nueva Jerusalén. La Nueva Jerusalén es nada menos que la máxima consumación de la obra divina a través de las generaciones. Después de la vieja creación, la obra de Dios a través de todas las generaciones es una obra que producirá la nueva creación con un nuevo hombre —la Nueva Jerusalén— en un cielo nuevo y una tierra nueva.
(
Pensamiento central de Dios, El, capítulo 7, por Witness Lee)