Pensamiento central de Dios, El, por Witness Lee

DEBEMOS VALORAR EL FLUIR DE VIDA

Si usted recibe a Dios, tendrá la vida de Dios. Entonces en su interior tendrá un fluir, una corriente, un río, de agua viva. En Génesis 2:10-14 vemos que junto al árbol de la vida hay un río que fluye repartiéndose en cuatro brazos hacia las cuatro direcciones de la tierra. Cuando usted recibe a Cristo como su vida, hay algo en usted que fluye continuamente como una corriente de agua viva.

Los cristianos son personas vivas. Son muy activas y positivas porque hay otra vida dentro de ellas que vive, se mueve, actúa e infunde energía. Sólo hay una manera en que usted puede comprobar si es un cristiano apropiado. Esa manera es verificar si tiene la corriente viviente fluyendo en usted continuamente. ¿Tiene usted el fluir viviente, la corriente viviente, dentro de sí en este momento? Por experiencia sabemos que hay un fluir, una corriente, de la vida de Dios. Cuando somos regenerados, tenemos algo dentro de nosotros que es un fluir interior que vive, actúa, se mueve e infunde energía.

Un día un siervo del Señor a quien yo conocía bien me dijo que en cierto lugar y en cierto momento él tuvo la terrible sensación de que la corriente en su interior se había detenido. Un año después me lo encontré de nuevo y me dijo: “Hermano, hasta el día de hoy, la corriente, el fluir, en mí todavía no ha sido recobrada”. Luego añadió: “Hermano Lee, esta mañana me levanté temprano, como a las cinco de la mañana, para clamarle al Señor, diciendo: ‘¿Señor, por qué se ha detenido el fluir en mí? Por más de un año, incluso hasta el día de hoy, no ha sido recobrado. Oh Señor, ¿por qué?’”.

Como cristiano, como alguien que ha nacido de nuevo, la vida divina en usted debe estar fluyendo continuamente. Si el fluir se ha detenido, esto significa que usted está mal en algo. Es posible que usted discuta con su cónyuge acerca de quién tiene la razón y quién está equivocado. Sin embargo, mientras discute, la corriente en su interior se habrá detenido. Usted tiene la razón, pero la corriente ha parado. Usted tiene la razón y tiene el saldo a su favor, pero interiormente ha tenido un débito. En lo que se refiere a la corriente, hay un débito. El banco celestial no le da ningún saldo. Cuanto más usted discute y más razona con otros, más su conciencia le dice interiormente que la corriente dentro de usted se ha detenido.

Otras veces usted puede tener otra clase de experiencia. Mientras intenta discutir, siente que algo en su interior se lo impide. Éste es el fluir de la corriente divina que lo inhibe. Si usted decide cooperar con este sentir interior y dice: “Señor, desistiré del todo”, percibirá cuán viviente es el fluir en usted. Usted quizá abandone todos sus razonamientos, pero tendrá a cambio el fluir viviente, la corriente, la comunión de la vida de Dios. ¿De qué sirve tener la razón sin tener el fluir? Mientras usted tenga la vida divina, ciertamente tendrá el fluir divino. Si está en comunión con Dios, entonces tendrá el fluir. De lo contrario, estará fuera de la comunión.

(Pensamiento central de Dios, El, capítulo 5, por Witness Lee)