Pensamiento central de Dios, El, por Witness Lee

CRISTO Y LA IGLESIA COMO TABERNÁCULO Y TEMPLO DE DIOS

En el Antiguo Testamento la historia del pueblo de Israel es simplemente una historia del tabernáculo y el templo. En el desierto había unos seiscientos mil hombres entre las edades de los veinte y los cincuenta años, quienes podían ir a la guerra para pelear por Dios. Si cada uno de ellos tuviera una esposa, el número se doblaría, y si cada pareja tuviera hijos, el número de ellos sería mucho más del triple. Por lo tanto, probablemente había más de dos millones de personas en el desierto que viajaban y no hacían otra cosa que atender el tabernáculo día tras día, por cuarenta años. Cuando ellos viajaban, llevaban consigo el tabernáculo, y cuando se detenían, erigían el tabernáculo. En el Nuevo Testamento el principio es el mismo. ¿Saben lo que nosotros los cristianos hacemos todo el día? Lo único que debemos hacer es atender el tabernáculo, que es un tipo del aumento de Cristo, es decir, Cristo con la iglesia. En esto debemos ocuparnos, pues es nuestra vida y nuestro diario vivir.

Más tarde, después que los hijos de Israel entraron en la tierra de Canaán, empezaron la segunda parte de su historia, la del templo. Al disfrutar del producto de la tierra, ellos pudieron edificar el templo, el cual era más sólido y más estable que el tabernáculo. El templo era el significado, la explicación y el centro de su vivir. Asimismo, hoy nosotros, cuando disfrutamos a Cristo como el todo, es decir, como la buena tierra todo-inclusiva, también podemos producir algo que es el aumento de Cristo, el agrandamiento de Cristo, es decir, podemos producir la iglesia.

En el Nuevo Testamento se nos dice que “la Palabra se hizo carne, y fijó tabernáculo entre nosotros” (Jn. 1:14). Esto significa que Cristo mismo, al encarnarse, llegó a ser el tabernáculo, la morada, de Dios. Luego en Juan 2:18-21 el Señor mismo nos dijo que Su cuerpo era el templo de Dios, el cual el pueblo judío iba a destruir. Él dijo: “Destruid este templo, y en tres días lo levantaré” (v. 19). El cuerpo que el Señor levantó después de tres días era mucho más grande, era un cuerpo de mayor tamaño. El cuerpo del Señor en la carne fue muerto en la cruz, pero un Cuerpo misterioso se levantó por medio de la resurrección de Cristo. Este Cuerpo misterioso es Cristo con todos los creyentes. Cristo, incluyendo a todos los creyentes, es un templo misterioso para Dios. Por lo tanto, en el Nuevo Testamento tenemos a Cristo como el centro y a la iglesia como Su aumento, expansión y agrandamiento. En otras palabras, Cristo es la Cabeza, y la iglesia es el Cuerpo. Éste es el pensamiento central que rige todo el Nuevo Testamento.

(Pensamiento central de Dios, El, capítulo 9, por Witness Lee)