EL CORAZÓN COOPERA CON DIOS
Las actividades de un hombre son en su totalidad una historia del corazón. La expresión distraído significa que el corazón está inactivo; una persona distraída come sin gustar los alimentos, oye sin entender y mira sin ver. Dios es Espíritu, y Él desea entrar en nuestro espíritu y extenderse desde nuestro espíritu. Sin embargo, si nuestro corazón permanece cerrado y no coopera con Él, Dios no podrá extenderse en nosotros. Por lo tanto, tenemos que aprender a disciplinar nuestro corazón: nuestra mente, parte emotiva, voluntad y conciencia. Nuestra mente necesita ser sobria y no confusa, nuestra parte emotiva necesita ser amorosa y no distraída, nuestra voluntad necesita ser suave y sumisa para con Dios, y nuestra conciencia necesita estar en paz sin ningún sentimiento de condenación. Debemos aprender a disciplinar nuestra alma hasta que nuestra mente sea sobria y ya no vague, hasta que nuestra parte emotiva ame a Dios y se incline por Él, hasta que nuestra voluntad sea suave y capaz de sujetarse a Dios, y hasta que nuestra conciencia esté en paz sin ningún sentimiento de condenación. Si podemos disciplinar nuestro corazón en estos cuatro aspectos hasta que sea sobrio, amoroso, suave y esté en paz, tendremos un corazón apropiado delante de Dios y podremos cooperar con Dios de la mejor manera.
(Pláticas adicionales sobre el conocimiento de la vida, capítulo 15, por Witness Lee)