LA NATURALEZA Y CONDICIÓN DE LAS TRES VIDAS
La vida del hombre originalmente era inocente y sencilla, sin conocimiento del pecado, porque después que el hombre fue creado, era “muy bueno” a los ojos de Dios (1:31). Por consiguiente, la vida creada del hombre era originalmente buena y recta. No tenía pecado, ni siquiera el conocimiento del pecado, ni sabía lo que era la vergüenza. Era inocente y sencilla. La vida de Satanás, que está llena de toda clase de pecados, contiene semillas de corrupción y factores de maldad. La naturaleza de la vida de Dios es santa y buena. Por consiguiente, estas tres vidas poseen tres naturalezas que son completamente diferentes: la naturaleza de la vida creada del hombre es buena y recta, la vida caída de Satanás es maligna y corrupta, y la vida divina de Dios es santa y buena.
¿Cuántas vidas tenía Adán en el huerto del Edén? ¿Qué clase de vivir tenía él? En el huerto del Edén, Adán sólo tenía una vida, la vida humana creada, y llevaba una vida buena y recta. De hecho, antes que Adán pecara, él no tenía conocimiento del bien ni del mal. Según el relato bíblico, Adán era bueno y recto. En aquel entonces no habían sido abiertos sus ojos para ver el bien y el mal. Él no conocía el mal ni tampoco el bien. Aunque era bueno y recto, no tenía sensibilidad en cuanto a la bondad y la rectitud. En el huerto del Edén, Adán tenía la vida humana creada, y su vivir por esta vida era bueno y recto; pero no tenía ningún conocimiento de lo que es recto y bueno, ni tenía ningún conocimiento del mal. Él simplemente estaba ahí viviendo su vida de una manera inocente y sencilla. A los ojos de Dios él no tenía pecado ni conocía el pecado.
Después de la caída, el hombre empezó a tener dos clases de vida: su vida humana y la vida de Satanás, es decir, la vida creada y la vida caída. Con estas dos vidas, su vivir llegó a ser una mezcla del hombre y el diablo. A veces vivimos como un hombre y otras veces vivimos como el diablo. Los chinos a menudo llaman a los que son adictos al opio, a los alcohólicos, a las personas lujuriosas y a los jugadores empedernidos como “diablos fumadores”, “diablos bebedores”, “diablos lujuriosos” y “diablos jugadores”. Algo de cierto tienen estas afirmaciones. Después de la caída, el hombre ha tenido dos clases de vida, por lo cual puede tener dos clases de vivir. A veces estas dos clases de vida se combinan. En un momento dado el hombre puede ser amable y bueno, y parece un hombre apropiado; pero un minuto después, puede enojarse y volverse violento y detestable, pareciendo un diablo. Luego, un minuto después, puede arrepentirse, confesar su falta y expresar a Dios. En un período de tiempo tan corto, el hombre, el diablo y Dios pueden expresarse en su vivir.
El hombre que Dios creó era lo mejor y lo más hermoso. En respuesta a la tentación de Satanás, el hombre comió del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, y fue corrompido. Por consiguiente, el ser interior del hombre se convirtió en un lugar donde el hombre y el diablo están mezclados y el vivir del hombre es un vivir que es producto de la mezcla del hombre con el diablo. Los filósofos chinos a través de los siglos se han dividido en dos escuelas filosóficas: una afirma que el hombre es bueno desde que nace y la otra recalca que el hombre es malo por nacimiento; la contienda entre estas dos escuelas es muy intensa. En realidad, la naturaleza humana es buena y a la vez maligna porque dentro del hombre están los elementos del bien y del mal. Por lo tanto, ambas escuelas tienen razón, pero están incompletas porque sólo aciertan en parte.
Después de haber comido del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, no sólo hay bondad y rectitud humanas dentro del hombre, sino también corrupción y maldad satánica. Dentro de él hay dos vidas diferentes con dos naturalezas diferentes. Cuando la naturaleza buena está activa, él tiene lo que llaman “sentido de misericordia”, el cual es la bondad; cuando la naturaleza maligna está activa, él tiene pensamientos relacionados con el pecado y hace cosas pecaminosas. Por ejemplo, honrar a nuestros padres es una manifestación de nuestra buena naturaleza, pero perder la calma y rebelarnos contra nuestros padres son manifestaciones de la naturaleza maligna presente en nosotros. Por lo tanto, tanto el bien como el mal están en nosotros. Ésta es la condición del hombre antes de ser salvo.
¿Cuál es la condición del hombre después de ser salvo? ¿Es el hombre más complicado antes de ser salvo o después de ser salvo? Una persona salva posee tres vidas diferentes: la vida del hombre, la vida del diablo y la vida de Dios; por consiguiente, él puede tener tres diferentes clases de vivir. Cuando expresa su bondad, es como un hombre; cuando manifiesta la naturaleza pecaminosa, es como el diablo; y cuando manifiesta la santidad y bondad divinas, es como Dios. Podríamos decir que la misma situación del huerto del Edén está presente dentro de una persona salva. En el huerto del Edén, había una situación triangular: estaban el hombre, Satanás y Dios. En una persona salva también tenemos al hombre, a Satanás y a Dios. Dentro de nosotros tenemos la vida humana, la vida de Satanás y la vida de Dios; esto es algo triangular. Dentro de nosotros se libra un conflicto entre Dios y Satanás. Cada vez que cooperamos con Dios, somos victoriosos, pero cada vez que cooperamos con Satanás, fracasamos.
La misma situación triangular que vemos en el huerto del Edén se ha trasladado completamente al interior del hombre. En el pasado el huerto del Edén estaba fuera del hombre, pero ahora está presente en los creyentes. La historia del huerto del Edén ocurre en nosotros a diario. Dentro de nosotros está el árbol de la vida y también el árbol del conocimiento del bien y del mal. Dios desea que nosotros comamos del árbol de la vida, pero Satanás nos tienta a que comamos del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si le hacemos caso a Satanás y comemos del árbol del conocimiento del bien y del mal, fracasaremos, pero si vivimos en la comunión de vida y comemos a Cristo, quien es el árbol de la vida, seremos victoriosos. Esta historia se repite en nosotros diariamente.
No debemos considerar esto como una simple doctrina; antes bien, debemos entenderla cabalmente y aplicarla a nuestro espíritu. Entonces comprenderemos que dentro de nosotros están la vida humana, la vida de Satanás y también la vida de Dios. Estas tres vidas están dentro de nosotros. Cuando aprendemos a vivir delante de Dios, debemos discernir si estamos cometiendo algún pecado al seguir a Satanás, si estamos haciendo una buena obra en nosotros mismos o si estamos cooperando con Dios al estar en comunión con Él.
Hemos visto claramente que hay tres diferentes vidas en nosotros: la vida creada, la vida caída y la vida divina. También debido a estas tres diferentes vidas tenemos tres diferentes clases de vivir: un vivir bueno y recto, un vivir pecaminoso y un vivir divino. El concepto del hombre natural es que los cristianos debieran llevar una vida moralmente buena y no pecaminosa. En realidad, los cristianos no debieran simplemente llevar una vida moralmente buena; más que eso debieran llevar una vida divina. Incluso los incrédulos pueden llevar una vida moralmente buena en sí mismos. La única diferencia es que ellos no conocen a Dios ni tienen la vida de Cristo. Los cristianos deben llevar una vida que no sólo es buena, sino también divina; es decir, ellos no simplemente deben manifestar bondad, sino que aún más deben expresar a Dios mismo.
(
Pláticas adicionales sobre el conocimiento de la vida, capítulo 13, por Witness Lee)