LA VIDA ES EL DIOS TRIUNO MISMO
La meta central de Dios en el universo y en la Biblia es la vida. La palabra vida indica que Dios desea ser la vida del hombre. En términos de la naturaleza y significado de la vida en el universo, sólo la vida de Dios es vida porque sólo la vida de Dios es eterna e incorruptible. La vida es el fluir de Dios y también el contenido de Dios; esta vida es Dios mismo.
En síntesis, la vida es el Dios Triuno. Pero para nosotros, esta vida no es simplemente el Dios Triuno que está en el cielo, sino el Dios Triuno que fluyó. El Dios Triuno primero fluyó consigo mismo como contenido mediante la encarnación de Cristo, y después fluyó como Espíritu por medio de la muerte y la resurrección de Cristo, a fin de que nosotros le recibiéramos como nuestra vida. Por lo tanto, cuando nosotros contactamos a Dios en el Cristo pneumático, contactamos la vida, porque la vida es Dios en calidad de Cristo pneumático.
Todos sabemos que Dios es triuno: el Padre, el Hijo y el Espíritu. El Padre está en el Hijo, y el Hijo llegó a ser el Espíritu. El Padre está en el Hijo a fin de expresarse entre los hombres; el Hijo es la expresión del Padre. El Hijo llegó a ser el Espíritu a fin de poder entrar en el hombre; el Espíritu es el Hijo que entra en nosotros. El Padre es la fuente de vida; es la vida misma. El Hijo es la expresión del Padre (1 Ti. 3:16) y también la expresión de la vida (1 Jn. 1:2). El Espíritu es el Hijo que entra en nosotros; Él es la vida que entra en nosotros. La vida que está en el Padre se manifestó en el Hijo entre los hombres y se hizo real como Espíritu que entra en el hombre y es experimentado por él. Es por ello que el Espíritu es el Espíritu de vida (Ro. 8:2), mediante el cual el hombre puede recibir vida; más aún, la mente puesta en el Espíritu es vida (v. 6). Debido a que el Espíritu es el Espíritu de vida, cuando una persona toca al Espíritu ejercitando su espíritu, toca la vida; cuando contacta al Espíritu, contacta la vida; y cuando obedece al Espíritu, experimenta la vida.
Dios es el Dios Triuno. El Padre está en el Hijo, y el Hijo llegó a ser el Espíritu. Con relación a nosotros, el Padre es la fuente, el Hijo es la expresión y el Espíritu es Dios mismo que entra en nosotros. El Padre se expresó en el Hijo, y el Hijo llegó a ser el Espíritu a fin de entrar en nosotros. Así pues, la vida es el Dios Triuno. El Padre es la fuente de la vida, el Hijo es la expresión de la vida y el Espíritu es la vida que entra en nosotros. En nuestra mente humana no existe este pensamiento. Lo máximo que tenemos son la ética, la moralidad y las filosofías que nos enseñan a ser humildes, mansos, pacientes y tolerantes.
(Pláticas adicionales sobre el conocimiento de la vida, capítulo 4, por Witness Lee)