LA NECESIDAD DE SER REGENERADOS
Hay dos razones por las que el hombre necesita ser regenerado: una tiene que ver con un propósito elevado, y la otra con un propósito inferior. El propósito inferior es que nuestra vida humana es perversa y corrupta. Ella no puede ser cambiada ni mejorada; por consiguiente, necesitamos otra vida. El propósito elevado es que aunque nuestra vida humana fuese buena, seguiría estando relacionada simplemente con la vida creada y no con la vida increada de Dios. A fin de poseer la vida increada de Dios, tenemos que nacer de nuevo. Aunque esto quizás no se considere una verdad profunda, es una verdad sencilla y fundamental.
Necesitamos ser regenerados porque no poseemos la vida de Dios; sólo mediante la regeneración podemos recibir la vida increada y eterna de Dios. Es preciso que tengamos la vida eterna de Dios porque la intención de Dios es hacernos iguales a Él en Su imagen y semejanza. A fin de hacernos como Él, Dios tiene que poner Su vida en nosotros. Si no pusiera Su vida en nosotros, ¿cómo podríamos ser semejantes a Él? A fin de ser como Él, tenemos que poseer Su vida; y a fin de tener Su vida, necesitamos ser regenerados. Éste es el propósito elevado de la regeneración.
(Pláticas adicionales sobre el conocimiento de la vida, capítulo 8, por Witness Lee)