Pláticas adicionales sobre el conocimiento de la vida, por Witness Lee

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LA VIDA ES DIOS MISMO, NO EL BUEN COMPORTAMIENTO DEL HOMBRE

La vida es Dios mismo, y todo lo que no emane de Dios no puede ser considerado vida. Según esto, debemos ser muy cuidadosos y entender que cualquier virtud o bondad, como la humildad, la mansedumbre o la paciencia, que no emane de Dios —que no manifieste el elemento de Dios ni tenga el sabor de Dios—, es simplemente comportamiento humano, no la vida. Tal vez sea un buen comportamiento, pero no es la vida. Esto incluye también nuestro amor. Si en nuestro amor las personas no perciben la presencia de Dios ni el sabor de Dios, entonces simplemente se trata de un buen comportamiento, una virtud humana. La vida es Dios mismo. Cuando vemos a algunos hermanos y hermanas que son mansos, humildes, amorosos y comprensivos, siempre pensamos que son avanzados en su crecimiento en vida. No debemos pensar así; más bien, debemos discernir tales virtudes con nuestro sentido espiritual y olerlas con nuestra “nariz” espiritual. Si no podemos percibir el elemento de Dios ni tampoco el sabor de Dios, entonces lo que se manifiesta es simplemente el buen comportamiento humano, y no la vida.

(Pláticas adicionales sobre el conocimiento de la vida, capítulo 5, por Witness Lee)