NO PODEMOS SEPARAR LA VIDA
DEL COMER NI DEL BEBER
Todos sabemos que la Biblia en su totalidad trata acerca de la vida; no obstante, siempre que la vida es mencionada, se nos habla también del comer y del beber. Cuando Génesis 2 nos habla del árbol de la vida, de inmediato se menciona el asunto del comer (vs. 9, 16-17). En la era del Nuevo Testamento, el Señor Jesús vino. Cuando Él reveló que deseaba que el hombre le recibiera como vida, también habló del asunto del comer. Él dijo: “El que come Mi carne y bebe Mi sangre, tiene vida eterna” (Jn. 6:54). En Su conversación con la mujer samaritana, el Señor dijo: “Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; mas el que beba del agua que Yo le daré, no tendrá sed jamás” (4:13-14). Esto nos muestra cuánto el Señor usó el comer y el beber al referirse al asunto de recibir.
Al final de la Biblia, Apocalipsis 22:1-2 también habla acerca de la vida cuando dice: “Un río de agua de vida [...] en medio de la calle. Y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos”. Luego el versículo 17 dice: “El que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”. Al final de la Biblia, cuando se habla de la vida, se menciona el asunto del comer y el beber con respecto a comer los frutos del árbol de la vida y beber del río de agua de vida. Por lo tanto, en toda la Biblia no sólo se habla de la vida, sino también del comer y del beber. No podemos separar la vida del comer ni del beber.
(Pláticas adicionales sobre el conocimiento de la vida, capítulo 3, por Witness Lee)